En la psicoterapia breve modelo MRI y breve estratégica modelo Nardone, la prescripción del síntoma es la clásica intervención paradójica por la cual se ordena a una persona que continúe llevando a cabo un comportamiento, un pensamiento o una emoción problemática para llevar el problema a su resolución. El poder de estas intervenciones consiste en su capacidad de anular la resistencia al cambio. Y crear una oportunidad para el individuo de construir un equilibrio diferente.
Diciendo a un individuo que continue con algo que se considera problemático se crea un doble vínculo. Este lo llevará a un cambio inevitable tanto en el caso en que decida seguir la indicación como en el caso en que decida no seguirla. Esta intervención se prescribe a menudo cuando después de un atento análisis del problema se concluye que es difícilmente solucionable mediante métodos más convencionales.
Ejemplo de prescripción del síntoma
Por ejemplo, en el caso en el que un niño se comporte de manera incorrecta, prescribir el síntoma significa no solo decirle que continue comportándose así sino además animarlo a hacerlo mejor. Puesto frente a esta prescripción, el chico tiene dos alternativas: puede decidir obedecer la directiva o parar completamente tal comportamiento. Si el chico obedece y por tanto continua comportándose mal, su “comportarse mal” se convierte en un acto de obediencia y no ya de rebelión. Si sin embargo el niño se rebela y desobedece la prescripción, no podrá continuar con su comportamiento molesto. En ambos casos la rebelión se anula, en virtud de haber sido prescrita.
La prescripción del síntoma es uno de los ejemplos más significativos de la utilización en psicoterapia de la “paradoja de ser espontáneo” y representa el mecanismo lógico básico de muchas prescripciones de la terapia breve estratégica modelo Nardone, como por ejemplo la técnica de “la Peor Fantasía” y la maniobra del “check-up ” para la hipocondría.
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