Artículos destacadosTerapia EricksonianaTraumas, duelo y lutodespedidas

La vida está hecha de adioses. Las metáforas pueden ayudar a digerir estas despedidas, que pueden ser de muy diversa índole. Cuando uno se ha tenido que despedir de una persona, de una costumbre, de una situación traumática o de un síntoma, el lograr dejarlo atrás y así crear un lugar para la novedad es algo que suele ser necesario en muchas de las peticiones de ayuda. Es bastante común recrear un adiós durante la sesión hipnótica, y suele ser un momento emotivo y muy reconfortante para el cliente. Se trata de crear una situación en la que el cliente pueda, durante la Hipnosis, encontrarse con la persona de la que desea despedirse y expresar lo que desee a modo de una segunda oportunidad […] Se trata de brindarle la experiencia reconfortante y apaciguadora a su propio inconsciente de haber expresado lo que hubiera querido decir a quien ya se fue […]

Una metáfora para las despedidas

El otro proceso que me gusta emplear y que resuelve de forma espectacular los duelos, pero que también empleo en despedidas de adicciones, como puede ser el despedirse del tabaco, es una combinación de un fenómeno hipnótico y una metáfora. Se trata de poner una moneda, que representará aquello de lo que uno desea despedirse, en la palma de la mano vuelta hacia arriba y con el brazo estirado.

La verbalización que se expresará con tono asertivo, aunque amable, consiste en decir que el brazo quiere girar para dejar caer la moneda porque quiere deshacerse del peso, y se esperará a que el brazo gire por sí solo. Esto es percibido con sorpresa por parte del cliente. Cuando la moneda ha caído porque el brazo ha rotado sobre sí mismo de forma involuntaria, o sea, produciendo el cliente una respuesta hipnótica que llamamos fenómeno hipnótico, el cliente tiene la palma de la mano orientada hacia el suelo.

Entonces se le dice al cliente que, al haberse deshecho del peso, su brazo empieza a levitar, pues está atado a un globo que tira de él. En ese momento, se solicita la colaboración de su parte consciente y se le pide que se libere del globo con su otra mano utilizando los dedos índice y corazón a modo de tijera. Este gesto, a diferencia del anterior, el de rotación del brazo, no será inconsciente, sino consciente, porque se quiere que exprese su aquiescencia consciente de desear despedirse, sea de un evento, de una persona o de una adicción o costumbre nociva.

El cliente hace el gesto y corta la cuerda que está levantando su brazo por estar siendo tensada por un globo y que le estaba “manejando como si él fuera una marioneta”. En ese momento, el brazo baja para reposar sobre su regazo y se pide al cliente que se recueste en el prado donde se ha escenificado la situación. A partir de ese momento, siguiendo el proceso hipnótico, se le describe cómo el globo está subiendo, cómo lo hace de forma divertida, a veces rápidamente, otras lentamente y parece jugar con una nube…diciendo: ¡Gracias! ¡Gracias por darme la libertad!

Esta frase reconforta enormemente al cliente; no se trata de una pérdida, sino de otorgar libertad. El cliente cambia su sentimiento de pérdida por la sensación de haber sido generoso, y suele sentir una emoción muy renovadora.

 

(Extraído de aquí)

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