"Psicotrampas"Artículos destacadosDuda patológica y obsesionesPsicotrampasobsesivo

El sujeto obsesivo trata de tenerlo todo constantemente bajo control, con frecuencia incluso lo que está fuera del alcance de cualquiera: lo planifica todo como medio de anticiparse a acontecimientos futuros, de manera que pueda controlarlos y gestionarlos; se comporta del mismo modo en todos lo ámbitos de la vida profesional y personal; tiene también bajo control a su pareja y a sus hijos. Por desgracia, como ya se ha ilustrado, el exceso de control conduce a su pérdida. Precisamente cuando el sujeto tropieza con algo sobre lo que no puede ejercer su voluntad, los esfuerzos que hace en esta dirección siempre lo sumen en una crisis.

Variantes

Las variantes de este desorden son numerosas: desde la persona empeñada en combatir, no sólo en el plano mental, sino también en el físico, todo lo que puede escapar a su control, hasta el estallido literal por exceso de estrés psicofísico; desde la persona atormentada por pensamientos e imágenes que no consigue ahuyentar hasta la que mantiene a su pareja bajo control y la asfixia con sus atenciones.

Por muy diferentes que sean los tipos de obsesión, el mecanismo que la desencadena y la estructura como verdadero trastorno es el mismo. Fundamentalmente, el sujeto obsesivo ejercita la psicotrampa del control, que lo conduce a perder el control. Este acto contraproducente puede aplicarse tanto al pensamiento como a la acción. Esto significa que podemos padecer un trastorno obsesivo basado en una psicotrampa del pensamiento, como por ejemplo, la del razonamiento perfectamente lógico (…) O bien podemos encontrarnos con un sujeto que trata de explicar las cosas de la forma más rigurosa y objetiva posible, incluido aquello que no se presta a este tipo de análisis (como las emociones o los comportamientos ambivalentes de la pareja), provocando verdaderos desastres personales (…)

Reconocer al obsesivo

Podemos reconocer al obsesivo con mucha facilidad porque siempre está tenso: la sonrisa, que muestra muy rara vez, se transforma con frecuencia en una mueca sarcástica. Siempre está alerta y vigilante. Y, en la mayoría de los casos, la imagen que da a los demás es de alguien frío e impasible (…) Una relación más cercana pronto revela sus puntos débiles: el hecho de que en su mente todo deba cuadrar según ciertas premisas al obsesivo en un inadaptado para fraguar relaciones con los demás por su constante alusión a sí mismo.

Estrategias de solución

El objetivo terapéutico tendrá como prioridad desactivar el mecanismo del control que hace perder el control, ya sea en el nivel de los actos o de los pensamientos. Por tanto, la intervención del especialista no deberá centrarse solo en la interrupción o en la corrección de los guiones comportamentales, sino que deberá reestructurar, sobre todo, el modelo de razonamiento del individuo.

A menudo, lo más importante que debe experimentar el obsesivo para salir de sus propias psicotrampas es el riesgo de dejar que algo o alguien escape de su control para que después pueda comprobar que las cosas no solo no van mal, sino que van mejor. Luego se guía al sujeto para que aprenda a ejercitar de manera voluntaria la ausencia de control sobre las diferentes áreas de su vida. De forma que pueda flexibilizar su mente y liberarla de las cadenas del pensamiento obsesivo (…) Como nos enseña la física, para que el orden se mantenga y evolucione se requiere un porcentaje constante de desorden (…)

En más del 60% de los casos se puede llegar a superar el desorden de manera definitiva en el transcurso de seis u ocho meses. Con todo, alrededor del 25% necesita una terapia más prolongada: la comezón obsesiva, siendo ésta una especie de perversión de la inteligencia, tiende a reproducirse con más frecuencia que otras patologías mentales.

Psicotrampas
(Extraído de aqui)

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