"Psicopíldoras"Artículos destacadosPsicofármacoscómo y cuándo dejar los psicofármacos

La primera pregunta que hace un paciente tras haber elegido iniciar una terapia farmacológica es: ¿durante cuánto tiempo tendré que asumirla? El temor es el de la cronificación y el de quedar expuestos a los efectos colaterales incapacitantes. En realidad, son pocos los que deben continuar el tratamiento de modo definitivo, sin poder hacer nunca un intento planificado de suspensión.

¿Cuándo dejar los psicofármacos?

Es, sin embargo, verdad que al inicio de una terapia para el primer episodio de un trastorno psiquiátrico no hay datos que puedan predecir la duración del tratamiento. Solo si ha habido ya episodios de un trastorno similar en la historia del paciente, podemos deducir algunas indicaciones sobre el tipo de fármaco y sobre la duración de la terapia para prevenir ulteriores recaídas. Normalmente un tiempo de 6-12 meses después de la remisión total de síntomas puede ser considerado adecuado para poner en consideración el intento de escalar gradualmente los fármacos. El paciente, además de no manifestar síntomas, debe estar en un periodo de estabilidad existencial, privado de eventos estresantes.

¿Cómo dejar los psicofármacos?

El sistema nervioso central es muy sensible a las variaciones de la disponibilidad hemática de los fármacos psicotrópicos. Con poquísimas excepciones, estos se escalan muy lentamente y no se interrumpen bruscamente. La rapidez en la suspensión depende de la dosis concomitante y de la duración del tratamiento: cuanto más alta es la dosis y más largo ha sido el tratamiento, más lentos serán los tiempos de suspensión.

Las condiciones se tendrán que valorar con cada paciente concreto, especialmente en la fase inicial de la disminución. Quien manifieste dudas y vacilaciones, sensaciones negativas o síntomas por la suspensión deberá escalar los fármacos más lentamente y con más prudencia.

Escalar lo fármacos

Dosis bajas o moderadas / menos de 6 meses de terapia:

  • Disminuir el 25%-50% de la dosis de mantenimiento
  • Cada 1/2 semanas

Dosis altas / más de 6 meses de terapia:

  • Disminuir el 10%-25% de la dosis de mantenimiento
  • Cada 2-4 semanas

El paciente que deja de tomar fármacos debe ser guiado no solo desde el punto de vista farmacológico, para evitar los síntomas de suspensión, sino sobre todo desde el punto de vista comunicativo. Es importante que el especialista atribuya al paciente (no al fármaco) los méritos de todas las mejorías y cambios que estos han introducido en su vida.

Como sucede en el caso de una terapia antibiótica, que resulta superflua una vez que la infección se ha resuelto, el paciente tiene que sentirse seguro respecto a que ahora posee todos los recursos para proceder sin la necesidad de la muleta farmacológica. Y, al mismo tiempo, saber que podrá encontrar en el especialista todo el soporte y la ayuda necesaria en caso de cualquier necesidad futura.

Como dice Samuel Coleridge, “el mejor médico es aquel que con más habilidad infunde la esperanza”.

 

(Extraído y traducido de aquí)

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