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En 1977 Watzlawick publica El lenguaje del cambio, en el que analiza aún más en detalle las características del lenguaje hipnótico, sugestivo y retórico y, por primera vez, muestra cómo este es el tipo de lenguaje que habla con nuestro cerebro antiguo (…)

La idea era que nuestro cerebro tenía dos hemisferios, uno analógico y uno lógico. Se podía entonces decir que Watzlawick había demostrado que el lenguaje sugestivo, lleno de evocaciones y de técnicas performativas, movilizaba al hemisferio derecho, activando la parte más emocional y más arcaica de nuestro cerebro.

Estructura piramidal

Hoy la neurociencia moderna no habla ya de dos hemisferios, sino de una estructura piramidal del cerebro que esta dividido en tres partes:

  • El paleoencéfalo, la parte más antigua, donde están todos los mecanismos de respuesta inmediata, inconscientes, las emociones primarias (miedo, placer, dolor, rabia). En este nivel nuestro organismo responde en milésimas de segundo a los estímulos, sean externos o internos a nuestro organismo (…) Dennet (2017) afirma que lo que sucede a este nivel bastaría para vivir felices. Estas respuestas serían nuestros mecanismos adaptativos más eficaces.

  • Sobre el paleoencéfalo está el mesencéfalo, que es donde se encuentran las competencias psicomotoras y el sistema límbico, que conecta el mesencéfalo y el telencéfalo, es decir, la corteza.

Los estudios más recientes muestran que los cambios más importantes en el ser humano suceden solo si se producen experiencias fuertes a nivel paleoencefálico (LeDoux, 2002; Nardone, Milanese, 2018): todo lo que se hace a nivel telencefálico, de corteza, tiene escasa influencia sobre el sistema adaptativo de las emociones primarias.

Usando un lenguaje sugestivo, evocativo, performativo, se estimula directamente la parte más arcaica de nuestro cerebro, porque se estimulan las emociones primarias y se inician los mecanismos que estan bajo el nivel de la consciencia.

Desde siempre en nuestro campo, la psicología, se cree que el pensamiento y las cogniciones son el Olimpo más elevado de nuestro saber. La neurociencia demuestra, sin embargo, que más del 80% de nuestra actividad cerebral se desarrolla por debajo del nivel de la consciencia (Koch, 2012). Por tanto, la consciencia no tiene todo el poder que se le ha atribuido desde hace milenios. De hecho, la mayoría de las veces, cuando quiere interferir con las emociones primarias, las altera y crea un conflicto que genera respuestas disfuncionales.

Hipnoterapia sin trance

(Extraído de aquí)

1 comentario

  1. Como siempre notas de gran valor !!antes leia y no escribia, ahora seria una especie de hurto no felicitar esta idea!

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