La terapia breve estratégica está compuesta de elementos regulares y de elementos específicos: los primeros se adaptan a la estructura de la patología, los segundos a las variantes individuales, que siempre son originales.
El modo de comunicarse y de relacionarse con cada paciente siempre está adaptado a sus características personales y relacionales. Incluso cuando la terapia se desarrolla con una aplicación rigurosa del modelo en sus distintas fases y con sus técnicas, la comunicación y la relación entre terapeuta y paciente siempre son diferentes. Y es así porque se construyen sobre la originalidad de cada situación y condición humana.
Una terapia flexible
Dicho de otro modo, la terapia siempre es la misma pero siempre cambia:
- es la misma en cuanto a la estructura de la estrategia y de las estratagemas terapéuticas
- es distinta en el lenguaje y en el estilo relacional utilizado
La comunicación, para ser persuasiva y sugestiva, debe estar en sintonía con el paciente, con su estilo emocional, con su lenguaje y con su modo de relacionarse.
Un buen terapeuta debe ser al mismo tiempo científico y artista, ejecutor riguroso y artista creativo. La terapia no puede ser la repetición rígida de fríos procedimientos en una secuencia prefijada. Ha de ser la interpretación artística continua de un guion dramático en el que la improvisación no es una excepción sino la regla.
(Flexible)