La técnica del como si
“Todo lo que es creído existe…”
Este aforismo indica el principio básico de la estratagema crear de la nada (al que se corresponde la técnica del como si). O sea, algo que no existe puede producir efectos concretos si es considerado existente. Creer en algo –toda la historia del hombre nos lo enseña–induce a elegir y a actuar. El hombre no ama la incertidumbre y, por tanto, se aferra a las creencias y las vuelve verdaderas para crearse una base sólida en la que apoyarse.
Nuestra estratagema se aprovecha de esa necesidad humana: se basa en el principio de hacer creer al adversario una realidad inventada que lo induce a reaccionar como desearíamos. Para obtener este resultado, nuestra mentira debe parecer más significativa que la verdad. Por lo demás, para decirlo en palabras de Oscar Wilde: “La verdad no es más que la última mentira considerada verdadera”
Somos artífices de nuestros autoengaños
Nos guste o no, continuamente somos artífices y víctimas de nuestros autoengaños. Aprender a utilizar estratégicamente esta tendencia nuestra significa transformarse en amos de ella en vez de en siervos inconscientes. Saber utilizar esta estratagema en relación a los demás significa decidir si usarla o no. Y por tanto, convertirse en efectivamente responsables, en lo bueno y en lo malo, de lo que nos ocurre.

Crear de la nada
Una vez más, vale la regla del arte de la guerra: saber combatir nos vuelve libres. No combatir es una elección nuestra y no una renuncia dictada por el miedo. Los romanos afirmaban: Si quieres la paz prepárate para la guerra. Es sólo la conciencia de nuestros recursos lo que nos tranquiliza, nos hace capaces de vivir con serenidad.
La fe no tardará en llegar
Volviendo a nuestra estratagema, el ejemplo magistral está representado por la segunda y menos conocida parte de la ya citada apuesta de Pascal. Él propone a los cristianos con crisis de fe que vayan de todos modos a la iglesia, que honren los sacramentos, que se comporten “como si” creyeran: la fe no tardará en llegar.
Este procedimiento, si se repite, hace -como el lógico noruego Jon Elster ha demostrado en sus investigaciones- olvidar la decisión inicial y convertir la fe en algo natural. Comportarse “como si” una cosa fuera verdadera, aunque no esté demostrado que lo sea, después de un tiempo nos induce a considerarlo como tal.
El experimento de Zimbardo
El experimento científico que más evidencia esta estratagema está representado por el muy conocido trabajo de Zimbardo en la universidad de Stanford en los años 70: organizó una falsa cárcel con falsos guardias y falsos prisioneros, que eran estudiantes ofrecidos como voluntarios para el experimento. Los guardias debían hacer respetar las reglas, los encarcelados interpretaban su papel, incluidos algunos comportamientos de rebelión a las reglas.
El experimento tuvo que interrumpirse tras pocas semanas, porque guardias y encarcelados habían llegado a una real e incontrolable escalada de violencia y sevicias. Se habían olvidado de que se trataba de una ficción con fines investigativos.
Una construcción propia: la técnica del como si
Invito al lector a analizar esta secuencia: entro en un local convencido de que las personas que están en su interior me consideran una persona desagradable. O incluso que la tienen tomada conmigo. Los que están en el local ven entrar a alguien que los mira con recelo, tiene una actitud defensiva que suena como un rechazo o incluso como una ofensa. Reaccionan poniéndose rígidos y mirándolo a su vez con recelo. El resultado final será que he tenido la confirmación de que me rechazan rechazan y resulto desagradable.
En realidad, ha sido una construcción mía. El efecto de una convicción que yo mismo, con mis acciones, he vuelto real. La contraprueba de esto es la secuencia contraria: entro en el mismo local convencido de que soy simpático, de que me quieren. Mi postura resultará suelta y relajada y mi mirada abierta y en busca de contacto. Esto les hará sentirse honrados y gratificados y, por tanto, reaccionarán de manera especular, devolviéndome señales amistosas.
Ninguna magia, sólo el efecto de una secuencia interactiva creada de la nada. La habilidad de “crear de la nada” no es sólo uno de los vehículos fundamentales del poder personal e interpersonal, sino una competencia básica que nos permite pasar de la posición de quien construye lo que sufre a la de quien construye lo que gestiona.
(De “El arte de la estratagema (o cómo resolver problemas difíciles con soluciones simples)”. Giorgio Nardone. RBA Integral)
Es llamativo que le digas “como si”, dado que ese término tanto en psicología como en psiquiatría se usa para referirse a una de las facetas del trastorno límite de la personalidad.. personalidad “como si”.