(Conversación al final de la terapia para atribuir el mérito al paciente:)
T. Creo que como ya estás bien no es oportuno que te de uno de mis jueguecitos, pero es conveniente que lo hagas tú solo porque es una minucia, has llegado al 95%, por tanto puedes llegar al 100%. Si no lo consiguieras, dentro de unos meses afrontaríamos el problema, pero creo que lo conseguirás porque es una tontería. Si te has librado del 95% puedes librarte también solo del 5%, creo que has hecho muchísimo, ¡piensa en cuando viniste aquí!
P. Yo tengo confianza en usted, de una manera increíble y se ha revelado casi…yo le considero casi un dios, sinceramente.
T. Gracias, pero no me imagino qué dios podría ser.
P. Porque he ido a otros médicos y nunca he solucionado nada.
T. Te has portado muy bien.
P. Gracias.
T. El mérito te corresponde mucho más a ti que a mí, tú tenías los recursos, yo solo te he estimulado, no he puesto nada que no tuvieras ya dentro, sólo he estimulado tus recursos para que salieran a la superficie, mi trabajo solo ha sido éste, la responsabilidad de un cambio tan rápido e importante es tuya, he tenido que recurrir a esos jueguecitos un poco raros, un poco ridículos.
P. Demasiado raros incluso.
T. Porque tenía que estimular así tus recursos, si te lo hubiera pedido así, sin jueguecitos, no lo hubieras hecho, en cambio de este modo has recuperado tus recursos personales.