Abordando el Trastorno Obsesivo-Compulsivo de Higienización

Esta compleja reestructuración ha sido elaborada a inicios de los 90 para afrontar casos de trastorno obsesivo compulsivo de higienización preventiva particularmente resistente al cambio:

“Así que usted ha limpiado toda su casa hasta convertirla en un templo de la limpieza, limpiándose a si misma, hasta esterilizarse del todo y pretendiendo que sus familiares también lo hagan… donde en realidad emergen los problemas… ¡porque debe defender lo que ha limpiado! Y esto es lo que la aterroriza, cualquier intrusión posible de la suciedad en su gran limpieza… es decir, que la gran limpieza realizada induce el miedo de la gran suciedad que se la cargará… La gran limpieza crea la gran suciedad de la que se aterroriza… por tanto, cuanto más crea la gran limpieza, más crea la gran suciedad …

Si quiere reducir hasta eliminar su invalidante fobia, debería contemplar la idea de que el mejor modo de defenderse de la gran suciedad sería crear una pequeña suciedad que la defienda de la gran limpieza que crea la gran suciedad… Si usted realizarse una pequeña suciedad, limpiando todo pero dejando una pequeña parte de la casa no perfectamente limpia … si se limpiase a usted misma pero dejase, por ejemplo, un dedo no perfectamente limpio según su standard … gracias a esta pequeña suciedad se evitaría que se crease la idea de la gran limpieza que crea la idea de la gran suciedad…”

Lo imposible se hace posible

Esta sorprendente y sugerente reestructuración debe repetirse de manera redundante, como una verdadera fórmula hipnótica, hasta hacer aceptable a la persona con trastorno obsesivo compulsivo la idea de realizar la pequeña suciedad cotidiana que proteja de la fobia de la gran suciedad.

La pequeña suciedad que combate a la gran suciedad

Lo que parecía imposible se hace posible. Pero si la persona aplica el efecto de la reestructuración, la pequeña suciedad representa la “violación terapéutica” del dogma de la limpieza obsesiva-compulsiva, el virus del cambio. Virus porque el cambio, de manera geométrica exponencial, se expande y crea el efecto avalancha; la bola de nieve que, lanzada sobre la ladera nevada, se va haciendo más grande hasta transformarse en una avalancha imparable.

El mismo tipo de reestructuración se aplica con gran eficacia también con la obsesión compulsiva del control y del orden, en la que en lugar de la suciedad, el objetivo será la ausencia de control que protege de la fobia del control total, o del pequeño desorden que protege del gran orden. En este último caso, se utiliza también la imagen analógica de la entropía, la lenta evolución natural de las cosas, gracias a la rotura de un equilibrio que evoluciona a uno de tipo superior: el pequeño desorden permite crear un orden superior.