"Psicosoluciones"Terapia Breve Estratégicaesforzarse

Esforzarse por no esforzarse:

Para algunos de nosotros, lo que se produce como tendencia natural, frente a una dificultad, es una reacción de mayor empeño. Mayor esfuerzo en el intento de enfrentar las cosas que nos están saliendo mal. La mayoría de las veces esto se manifiesta en la tendencia a insistir obstinadamente en aplicar soluciones tentativas que no funcionan. O en ponerse continuamente a prueba, buscando siempre nuevas confirmaciones de las capacidades propias, con el efecto de incrementar la necesidad de confirmación y la consiguiente inseguridad personal.

En otros casos, el esfuerzo está dirigido al control de las propias emociones y de la propia impulsividad; también en este caso el resultado más frecuente es la incapacidad aún mayor de controlar nuestras reacciones emotivas.

Es igualmente interesante resaltar que quien logra frenar su impulsividad la mayoría de las veces termina desencadenando un proceso de control obsesivo de sus propias reacciones, que conduce al establecimiento de una compulsión basada en una incontrolable necesidad de control, incluso en cosas irrelevantes.

El resultado final es que el control alcanzado conduce a una forma de pérdida de control del control mismo, o bien tal inclinación se convierte en compulsión.

El dragón y la perla

En otros términos, el autoengaño del esforzarse por no esforzarse para incrementar la confianza en los propios recursos, se resume metafóricamente en esta historia:

“El dragón que busca la perla de la virtud suprema. Él la busca por todas partes, por mar y tierra, en las selvas y en los desiertos, sin lograr encontrarla nunca. Y continuará buscándola hasta el infinito si no se mira en un espejo de agua, para darse cuenta de que la perla de la virtud está incrustada sobre su cresta. Exactamente sobre sus ojos”.

(Extraído de aquí)

(Extraído de aquí)

Deja una respuesta

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Post comment