La terapia familiar estratégica se desarrolló a partir de la terapia estratégica de Milton Erickson. Incluye diversos enfoques, todos los cuales poseen ciertos denominadores comunes. Un rasgo primordial de todos ellos es que el terapeuta asume la responsabilidad de planear una estrategia a fin de resolver los problemas del cliente (…) El terapeuta no aplica el mismo método a todos lo casos sino que diseña una estrategia específica para cada problema (…)
Las etapas familiares en terapia familiar
Entre la serie de objetivos que se propone alcanzar la terapia familiar estratégica se encuentra el de ayudar a las personas a sobrellevar las crisis que enfrentan en determinadas etapas de la vida familiar, a fin de pasar a la etapa siguiente. Tales etapas han sido enunciadas por Haley (1973) como sigue: 1) período de noviazgo; 2) primeros tiempos del matrimonio, 3) nacimiento de los hijos y trato con ellos; 4) período intermedio del matrimonio, 5) “destete” de los padres respecto de sus hijos; 6) retiro de la vida activa y vejez (…)
Sin criterios diagnósticos
Este enfoque destaca la diferencia entre identificar un problema presentado en la terapia y crear un problema mediante la aplicación de un diagnóstico o una determinada caracterización de un individuo o familia. Rara vez se usan en este enfoque los criterios diagnósticos de la psiquiatría y la psicología, y la primera misión del terapeuta consiste en definir de tal modo el problema presentado que sea posible solucionarlo (…)
Hincapié en lo analógico
Por su manera de conceptualizar un problema, el enfoque estratégico hace hincapié en lo analógico. Se presume que el problema de un niño o el síntoma de un adulto son modos que ellos tienen de comunicarse con los demás. Si se trata de un hombre deprimido que no quiere trabajar, se supondrá que esa es la forma en que él se comunica con su esposa respecto de ciertas cuestiones específicas -por ej., si la esposa aprecia al marido y la labor que desempeña, o si este debe hacer lo que quieren su esposa o su madre, etc.
Quizá la pareja se vuelva inestable con relación al problema presentado y entonces un hijo desarrolle un síntoma que exija al padre prodigarle activos cuidados en vez de deprimirse y comportarse incompetentemente. Se da por sentado que analógica o metafóricamente un síntoma es expresión de un problema y también una solución (aunque a menudo insatisfactoria) para todos los que tienen que ver con él.
El síntoma como metáfora
El foco de la terapia está puesto con frecuencia en la modificación de analogías y metáforas. Erickson, por ejemplo, cambia las analogías del paciente narrándole historias que guardan similitud con su problema. Haley sugiere que se le puede pedir a un paciente que diga padecer un síntoma que en realidad no tiene (un dolor de estómago, por ejemplo), de modo que la verbalización cumple el mismo propósito metafórico del síntoma, eximiéndolo del dolor. Señala Haley que algunas personas pueden decir Tú me produces dolor y no padecer el dolor, en tanto que otras deben desarrollar el dolor como un modo de declarar su situación (…)
Lo primero que debe discernir el terapeuta es quiénes están involucrados en el problema presentado y de qué manera. Luego, resolverá cómo ha de intervenir a fin de modificar la organización familiar para que el problema presentado ya no sea necesario (…) A menudo el terapeuta empieza por crear un nuevo problema y por resolverlo de modo tal que el cambio lleve a la solución del problema que había presentado la familia originalmente.
Jerarquía familiar
En este enfoque interesa la jerarquía familiar. De los padres se espera que se hagan cargo de sus hijos, a la par que se bloquean las coaliciones intergeneracionales, como cuando uno de los progenitores se alía con un hijo contra el otro progenitor. Se pone especial cuidado en el lugar en que se sitúa el terapeuta en la jerarquía, para que no forme inadvertidamente coaliciones con los miembros que ocupan los escalones inferiores en contra de los que ocupan los superiores.
Según Haley, los síntomas patológicos se pueden describir en términos de una jerarquía que funciona incorrectamente. Subraya que una de las maneras de planear una estrategia es sustituir el sistema que presenta la familia por otro diferente, anormal, antes de pasar a reorganizarla dentro de una jerarquía más funcional (…)
Si madre e hijo mantienen una relación intensa en demasía, por ejemplo, con un padre periférico, la primera etapa puede consistir en dar al padre el control absoluto del niño, excluyendo a la madre, sistema anormal del que es posible pasar a otro más normal (…)
Directivas
Las intervenciones suelen cobrar la forma de directivas sobre algo que los miembros de la familia tienen que realizar, dentro y fuera de la entrevista (…) Las directivas pueden ser directas o paradójicas (…) Las directivas directas se planean con vistas a modificar ciertas secuencias de interacción familiar. Las intervenciones del terapeuta tienen como propósito involucrar a integrantes de la familia que permanecían desligados. También promover el acuerdo mutuo y los buenos sentimientos hacia los demás, etc (…)
Ejemplos de directiva impartidas por Haley:
Al padre que se alía con su hijita pequeña contra su esposa puede hacérsele lavar las sábanas de la niña cuando esta moja la cama; la tarea tenderá a alejar al padre de la hija, o curará la enuresis de esta (…)
En ocasiones el terapeuta imparte las directivas metafóricamente, sin explicar qué quiere que suceda. Como sugiere Erickson, la gente se muestra a menudo más dispuesta a acatar una directiva si no sabe que se la han impartido.
Directivas paradójicas
En este enfoque se planean deliberadamente directivas paradójicas. Su carácter paradójico radica en que el terapeuta le ha asegurado a la familia que desea que cambie, pero al mismo tiempo le pide que no cambie. El terapeuta procurará entonces provocar la resistencia de los miembros de la familia para que puedan cambiar. Por ejemplo: Se le pide a uno de los cónyuges que se queje sobre un síntoma en momentos en que este no se produce, de modo tal que el otro cónyuge no sepa si la sintomatología de su esposo es realmente una sintomatología o sólo su acatamiento de las instrucciones impartidas por el terapeuta. O a una pareja que se trenza regularmente en reyertas improductivas se le pide que tengan una reyerta (…)
Las directivas paradójicas o basadas en el desafío dependen, para lograr éxito, de que la familia desafíe las instrucciones del terapeuta o bien las siga hasta un extremo absurdo, negándose a partir de ahí a continuar acatándolas (…)
El enfoque parte de la base de que toda terapia es directiva y que le es imposible al terapeuta evitarlo, ya que hasta en las cuestiones que elige comentar y en su tono de voz hay directividad. Pero aquí las directivas son planificadas deliberadamente, constituyendo la principal técnica terapéutica. No se hace hincapié en el insight o la comprensión, ni se formulan interpretaciones (…)
Orientación al presente
Al focalizarse en la solución del problema presentado, esta terapia no está orientada al crecimiento personal. Ni se preocupa por el pasado: el acento está puesto en la comunicación en el presente. Tampoco se insiste en la reelaboración de algún tema o en tomar conciencia de la forma en que se produce la comunicación. Si la familia puede superar el problema sin enterarse de cómo o por qué lo logró, eso se considera suficiente y satisfactorio. Teniendo en cuenta que forzosamente muchas cosas quedan fuera de la conciencia (Montalvo, 1976).
(De “Terapia familiar estratégica“. Cloé Madanes. Amorrortu). TERAPIA FAMILIAR
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