Preparando funerales
Habla Jay Haley:
“A veces Erickson dispone una reyerta para que un síntoma determinado deje de ser utilizado como parte de la disputa, con lo cual desaparece. En el caso siguiente, un hombre vivía presa del temor a morir de un ataque cardíaco en cualquier momento, pese a que varios médicos le habían asegurado que su corazón era sano. En una situación como esta, la esposa no sabe cómo tratar al marido: su desamparo y miedo la exasperan, pero también se siente insegura, ya que bien podría existir un verdadero problema cardíaco.
Generalmente lo trata de manera irregular, en tanto que él domina la vida doméstica, pues todo en ella está determinado por su estado anímico respecto de su corazón.
En estas circunstancias, lo más común es que cuando el marido mejora, la esposa se deprime; cuando empieza esta depresión, él reaviva su miedo cardíaco y ella le responde mostrándose servicial, pero también exasperada. En los momentos de crisis la mujer se siente útil, con una función a cumplir, pero en cuanto él goza de bienestar le parece que ya no sirve para nada. Es un pacto mutuo que exige la continuidad del miedo cardíaco, de ahí que a menudo el hombre pueda tratarse individualmente durante años sin resultado alguno.”
Ahora habla Erickson:
“En un caso así tiendo a introducir lo que podríamos llamar una ira vengativa. Entrevisto a los dos, enterándome generalmente de que ella está bastante irritada: su marido ha dominado su vida con sus amenazas de ataques cardíacos, quejándose y gimiendo en la impotencia, en tanto que ella lleva una vida miserable. De este modo, una vez que sabe con certeza que su marido no sufre del corazón, la esposa está motivada para actuar.
En cierta oportunidad, convine con una mujer que se hallaba en esta situación que, cada vez que su esposo se quejara de su miedo a morir del corazón, ella tendría la respuesta preparada. Lo que hizo fue conseguir material de propaganda de todas las empresas fúnebres de la ciudad (folletos sobre los diversos tipos de funerales, avisos de cuidado perpetuo de tumbas, etc.); cada vez que su esposo mencionaba su miedo al ataque cardíaco, ella le decía: “Tengo que ordenar la habitación y dejarla bien prolija”, distribuyendo al instante por el cuarto los avisos de las funerarias.
Propagandas y folletos: preparando funerales
Por más que el marido los tirara furibundo, ella tenía otros que podía desparramar por toda la casa. Llegó un momento en que él no se atrevió a mencionar su miedo cardíaco, con lo cual este desapareció. Esto significa introducir una conducta negativa: tú me hieres y yo te pago con la misma moneda. A veces la esposa cambiaba de método, añadiendo a los folletos las pólizas de seguro del marido.
Este enfoque obligó al hombre a suprimir el síntoma en su trato conyugal y a ella a comportarse con su esposo de manera distinta.
Después, sólo restaba trabajar sobre las verdaderas dificultades matrimoniales.”
La palanca para el cambio
El enfoque de Erickson siempre pone énfasis en el problema presentado que ha movido al individuo a recurrir a la terapia. Cuando el síntoma es algo de lo cual ese individuo quiere recuperarse, Erickson actúa directamente sobre aquel, efectuando a través de él todos los cambios de relación que sean necesarios. Sostiene que el área sintomática es la más importante e intensa para quien tiene un problema y, por consiguiente, es allí donde el terapeuta encuentra la mayor palanca para producir el cambio. Si un cónyuge presenta un síntoma, puede modificarse el matrimonio actuando a través de él.
(De “Terapia no convencional. Las técnicas psiquiátricas de Milton Erickson“. Jay Haley. Amorrortu). Preparando funerales.