¿En qué consisten la hipocondría y la patofobia?
La persona afectada por la hipocondría vive preocupada constantemente por su salud. Aterrorizada por la posibilidad de padecer alguna enfermedad, trata de controlarla y pone en marcha una serie de rituales que solo consiguen empeorar la situación. Hasta el punto de que el miedo y la sospecha de padecer una enfermedad se convierten en la certeza angustiosa de estar sometidos a una verdadera condena, de la que no cabe escapatoria posible.
También el patofóbico vive los mismos padecimientos. A diferencia del hipocondríaco, las causas de su temor suelen ser síndromes fulminantes (ataques al corazón, aneurismas, ictus, etc). Mientras que los hipocondríacos sienten más fijación por patologías de progresión lenta, como los tumores y enfermedades degenerativas.
Tanto el hipocondríaco como el patofóbico recurren a la búsqueda compulsiva en internet y a la ayuda de especialistas. Pero solo consiguen aumentar más la preocupación por su problema.
El hipocondríaco tendrá más la tendencia a deprimirse, debido a la convicción paranoica de estar sufriendo algo incurable. El patofóbico, más cercano a la fobia que a la paranoia, la tendencia a evitar poner a su cuerpo a prueba con el ejercicio físico, por miedo a que no pueda resistirlo.
Tratamientos diferenciados
Puesto que las dos patologías presentan características distintas, el tratamiento será también diferente. La finalidad en ambos casos será la de familiarizar al paciente con las señales de su cuerpo para modificar su percepción respecto a sí mismo y su asumida fragilidad.
Para saber más de este trastorno puedes leer el interesante libro “La paura delle malattie”, de Giorgio Nardone.
Alicia García Aguiar nos explica en este vídeo las diferencias entre la hipocondría y patofobia además de su tratamiento según la Terapia Breve Estratégica.
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