“Matar a la serpiente con su propio veneno” es capturar la energía del trastorno y reorientarla para llevarlo a su destrucción. La estratagema puede obedecer respectivamente a la lógica de la creencia o a la de la contradicción, si se aplica por la persona en relación consigo misma o por la persona en relación con los demás.
Se utiliza siguiendo una lógica contradictoria: cuando alguien me echa encima el veneno, lo cojo y se lo devuelvo.
Un caso entre hermanas
Ejemplar es el caso de una mujer, de unos cincuenta años, que llega a mí desesperada por una hermana enferma que ha condicionado literalmente toda su vida. Dada la enfermedad, la familia, incluida ella, siempre ha intentado favorecerla en todo, tanto que ha conseguido formar una familia y nunca los padres le han pedido nada a ella y, antes de morir, siempre han acudido a la hermana sana. La escasa presencia de ésta ha contribuido a hacer que su matrimonio naufragase y ahora se encuentra sola para tener que gestionar a su hermana que, con delirios persecutorios, ha empeorado últimamente a causa de la herencia dejada por los padres al 50% y respecto a la cual se inician las discusiones más absurdas.
En aquel momento la hermana vive casi siempre encerrada en casa, no contesta al teléfono y cuando intenta hablar con ella o la rechaza a priori o es objeto de agresiones verbales o físicas que ya no quiere tolerar más. Otro problema son los mensajes que la hermana le envía cada día en grandes cantidades con continuas peticiones que, últimamente, ha decidido no satisfacer, con el resultado de que se ha agudizado su sensación de que es objeto de complots y persecuciones por su parte y de todo el mundo en general. Su objetivo es por un lado poder ayudar a su hermana a la que teme y en aquel momento es casi inaccesible y por otro quisiera liberarse para empezar finalmente a vivir (…)
Prescripción
Propongo a la mujer que haga un experimento, que vaya cada día a ver a su hermana llevándole cada vez un pequeño regalo y que empiece diciendo: “He venido para decirte una cosa: he ido al médico para que me ayude y me ha dicho que he de sentirme culpable contigo y te pido que me disculpes por lo que he hecho y lo que no he hecho. Todo lo peor que me quieras decir, dímelo”. Mientras esté hablando la hermana, ella tendrá que estar en religioso silencio, luego marcharse y volver al día siguiente llevando a cabo la misma representación.
La mujer regresa tras dos semanas explicándome con un tono de incredulidad que ha hecho la representación y que la hermana, para sorpresa suya, ha aceptado de inmediato las excusas diciéndole que no tenía nada que reprocharla porque ambas, en realidad, son víctimas de un complot. Cuando no ha podido ir a visitar a su hermana ha sido esta quien le ha visitado a ella. Los episodios de agresividad han desaparecido desde el primer día.
Una hermana amiga
Le digo a la mujer que siga en esta misma dirección y que llame de vez en cuando a su hermana disculpándose por adelantado por el hecho de no poder ir a verla. Poco a poco, la mujer ha conseguido ir gestionando a su hermana, liberándose de la ilusión de poder tener con ella una relación de amiga vista su grave patología, y también del miedo a posibles agresiones. La hermana sigue pensando que alguien entra en su casa y que los demás confabulan contra ella, pero ya no tiene en jaque a la única persona que ahora ha llegado a ser tan hábil que ahora le pide consejos sobre cómo resolver sus problemas y que finalmente ha llegado a ser autónoma, cogiendo más espacios en los que ha empezado, por primera vez en su vida, a pensar en sí misma.
Conclusiones
Ha sido suficiente una única maniobra para desmontar la rabia y la sensación de persecución de la hermana respecto a la paciente. No se trata, contrariamente a lo que pueda parecer, de algo mágico, sino de una técnica cuidada y rigurosa. hecha a medida para el caso específico sabiendo muy bien lo que iba a provocar.
Cuando una o más personas nos echan encima su veneno, responder de modo agresivo es la mejor manera de alimentarlo, en cuanto que confirmamos al otro que tenemos alguna cosa en contra suya, por tanto su creencia de que es perseguido. Si, en cambio, respondo a la agresividad del otro con amabilidad, o incluso, como en este caso, anticipando su agresividad con una declaración como la que he hecho representar a la mujer, entonces el que nos lanza su veneno se desconcertará y no hallará confirmación a su falsa creencia original. Por el contrario, mi comportamiento y mis palabras irán construyendo de forma gradual una nueva creencia, que en vez de un enemigo soy un aliado o, de cualquier forma, alguien con quien no hay que combatir. De este modo mato a la serpiente con su mismo veneno.
es muy interesante el artículo ahora cuando uno convive con la persona enferma es muy dificil conservar la calma y no gritar y enojarse mas si esto lleva toda la vida ,
me reconedaron eso alejarme de la persona enferma en este caso mi madre que tiene delirios de persecución y aunque esté medicada hay períodos que se torna insoportable vivr con ella , esto me lo recomendó un sicólogo y ademas neuroendocrinólogo , me dijo si sigues conviviendo con tu madre y no te mudas ya no vengas mas no sirve de nada el tratamiento si no te alejas del foco del estress que pone tu amigdala cerebral a mil km por hora y fatiga tu cuerpo ,asi que si bien no dejaré abandonada a mi madre , aunque en la biologia los animales si lo harían me alejaré un poco , nosotros los humanos vamos en contra de la biología por nuestra cultura , la bilogía nos prepara para defender las crias , y dejarlas libres no para la manera que en la vida moderna lo hacemos y nuestro primitivo cerebro está progrmado hace miles de años asi para sobrevivir,y en cuanto hacemos lo contrario a su programa nos enfermamos