Escuela de Milwaukeepequeño cambio

Tal vez parezca pueril afirmar que es más fácil lograr cambios pequeños que grandes; no obstante, tanto los terapeutas como las familias suelen verse obligados a aceptar los cambios pequeños como “lo único posible”, como la mejor alternativa a su alcance.

Con frecuencia, quienes observan una terapia breve, ven que el equipo se afana deliberadamente y minuciosamente por conseguir un pequeño cambio, un leve signo de progreso, y que considera que su labor ha tenido éxito cuando dicho pequeño signo se implanta dentro del encuadre de la familia. Y este aspecto suele sorprender a los extraños, que a veces se preguntan: “¿Cómo puede un equipo de terapeutas considerar que un cambio tan trivial es importante para la familia y su problema?”

Pero lo cierto es que los cambios pequeños que inician un proceso de reencuadre suelen tener resultados más vastos: la solución del problema, en caso de que la meta sea alcanzada. Una vez efectuado ese pequeño cambio, la familia percibirá la pauta que motivó su consulta de un modo distinto, con el adicional correspondiente.

“Wholism” o “totalismo”

El concepto sistémico de “totalismo” (wholism) y la “tautología autocurativa” a que hacía referencia Bateson nos sugieren que cuando se cambia un aspecto cualquiera de un sistema cambia en consecuencia la organización total del sistema; cada uno de sus aspectos implica a los restantes (…)

La composición musical puede servirnos como una útil analogía para aclarar los efectos de los pequeños cambios. Al igual que cualquier otra empresa humana, la música tiene reglas y pautas a las que el compositor, conscientemente o no, se atiene. Al escucharla, percibimos la secuencia de notas, que tal vez resulte agradable o desagradable a nuestros oídos; pero una vez que conocemos una secuencia particular de notas, cualquier desviación respecto de ella nos hará saber de inmediato que hay algo diferente (…) Al añadir el signo “bemol” (mínimo cambio), Bach dio con la manera más sencilla de transformar el significado musical de una secuencia de notas, así como nuestra experiencia de él.

Al cambiar de tonalidad, Bach hizo algo semejante a lo que hace un terapeuta cuando inicia el proceso de reencuadre ayudando a la familia a que ejecute un pequeño cambio en el “comienzo” de una secuencia de interacción: la secuencia total deja de ser la misma (…)

El compositor tenía otras opciones para introducir una alteración en esta secuencia. Podría haber modificado cualquiera de sus notas componentes, pero el agregado del signo bemol junto a la clave (vale decir, el cambio de tonalidad o de contexto, y no ya de una mera nota) era una de las fórmulas más sencillas.

Un cambio de contexto

En la liza de la terapia familiar breve, lo más simple es modificar las tonalidades mediante la intervención isomorfa. La variación de tonalidad le dice al músico que debe ejecutar la pieza de otro modo, y al oyente, que debe percibirla de otro modo. En la terapia, el cambio de tonalidad inicia el cambio de contexto, al modificar una conducta que como consecuencia de ello altera el significado total.

Cuando los especialistas en terapia familiar breve promueven un cambio modificando la tonalidad, ayudan a la familia a añadir cierto fragmento de conducta de una nueva clase al comienzo de la pauta que motivó la consulta. Pero los cambios en la secuencia siguiente no son predecibles. Lo único seguro es que la secuencia no seguirá siendo la misma.

(Extraído de aquí)

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