El terapeuta utiliza la tarea de predicción indicándole al paciente lo siguiente:
Entre este momento y la próxima vez que nos reunamos sugiero lo siguiente: todas las noches, antes de irse a la cama, usted hará una predicción acerca de cómo se comportará con respecto a la bebida al día siguiente; y tomará nota. Al día siguiente actuará como de costumbre, pero al fin del día comparará sus actividades con su predicción del día anterior, para ver si se cumplió o no. Además, anote en un papel qué diferencia notó en su vida. Después haga otra predicción para el día siguiente. Quisiéramos que repita esto durante una semana y vuelva con los resultados. Le agradeceré que anote todo, para que yo pueda tener una información precisa.
Además, el terapeuta puede indicar alguna variante de la tarea de predicción, que él adaptará a las circunstancias de la vida del paciente. Nosotros pensamos que esta directiva es muy útil cuando el paciente percibe que no tiene control alguno sobre su bebida y cuando piensa que el hecho de beber se desencadena al azar.
Estos pacientes creen que su bebida depende del comportamiento de otros o de acontecimientos azarosos que escapan a su control. Nosotros creemos firmemente que, en terapia, aceptar esas ideas alienta a los pacientes a ser irresponsables y les permite justificar su comportamiento diciendo que “un demonio me llevó a hacerlo”. Creemos que actuar así es irresponsable y antiético. Sostener que el paciente puede lograrlo es una manera mucho más respetuosa de encarar esta difícil cuestión.