La principal variante de la tarea “haga algo diferente” es “preste atención a lo que hace cuando supera la tentación o el impulso de…” (por ejemplo, deprimirse, comer en exceso, gritarle a su esposa. embriagarse). Está destinada a emplearse cuando una persona se queja de su propia conducta o, de algún modo, de sí misma (…) Aunque los clientes tienden a afirmar que la conducta perturbadora se produce siempre, hay condiciones más o menos similares en las cuales aquella conducta no aparece.
Estas excepciones constituyen frecuentemente el mejor modelo para construir intervenciones, porque la conducta involucrada ya forma parte del repertorio del cliente, y en consecuencia la intervención se ajustará automáticamente (…) No pueden ver la excepción como excepción; la ven como algo accidental y desvinculado. Parece más útil para el terapeuta ayudar a crear un contexto en el cual los clientes puedan descubrir por sí mismos que algunas excepciones son posibles y pueden aprovecharse fructíferamente.
Utilizar las excepciones a la regla
La tarea “preste atención a lo que hace cuando supera la tentación de…” tiene la finalidad específica de ayudar a clientes y terapeutas por igual para que descubran (y utilicen) las excepciones a la regla (…)
El encuadre sugerido por esta tarea presupone que el cliente superará los impulsos o tentaciones por lo menos durante parte del tiempo, y que el cliente quizá realizará algo diferente para vencer los impulsos. La construcción de la tarea también se propone que el cliente preste atención a lo que hace, es decir a su conducta, antes que a algún estado interior.
En la sesión siguiente a la asignación de la tarea, el terapeuta suele comenzar con una pregunta como la siguiente:
“Bien, ¿qué hizo usted cuando superó las tentaciones durante esta semana?” Esta pregunta presupone que el cambio se produjo y que el cliente hizo algo para vencer por lo menos algunas de las tentaciones. Con independencia de su respuesta, se lo alienta a percibir y emplear herramientas con las cuales ya ha derrotado la tentación de volver a las antiguas costumbres (…) El cliente puede hacer algo diferente que se ajusta a él, puesto que es una idea suya y no del terapeuta.
El caso de la madre y el hijo que fumaban
Una madre y su hijo acudieron a terapia porque ambos querían dejar de fumar. Después de explorar todas las razones para dejar de fumar o seguir fumando, el equipo asignó la siguiente variación de esta tarea para el hogar:
Desde ahora y hasta la próxima sesión presten atención a lo que hacen cuando vencen la tentación de fumar; presten también atención a lo que hizo el otro cada vez que superó esa tentación. La mitad del equipo piensa que será la madre la primera en dejar de fumar, mientras que la otra mitad piensa que será el hijo. No sabemos cuando dejarán de hacerlo los dos.
Nota: Se utilizó esta tarea, en lugar de “haga algo diferente” porque tanto la madre como el hijo se estaban quejando esencialmente de sus propias conductas, y no de que el otro o la otra fumaran. Si cada uno de ellos se hubiera quejado del otro, habría resultado más útil la tarea “haga algo diferente”
El mensaje del equipo presupone que tanto la madre como el hijo vencerán el hábito, de modo que lo único que queda en duda es quién lo hará primero, y cuándo.
Una semana más tarde tanto la madre como el hijo informaron que estaban fumando mucho menos y describieron en detalle las diversas actividades alternativas que hallaron por sí mismos juntos y por separado.
El equipo volvió a preguntarse quién llegaría primero a su objetivo.
Finalmente (después de un total de 5 sesiones, todas las cuales incluían el mismo mensaje del equipo) ambos dejaron de fumar el mismo día, pero cada uno pretendió haberlo hecho primero.
Ocho meses más tarde ninguno de los dos fumaba.
(De “Claves para la solución en terapia breve“. Steve de Shazer. Paidos)