"Conocer a través del cambio"DismorfofobiaTerapia Breve Estratégicaen caso de dismorfofobia

Un trastorno postmoderno que tiene el mismo sistema perceptivo-reactivo que todos los demás trastornos fóbico-obsesivos es la dismorfofobia, es decir, el miedo obsesivo a la propia apariencia física, en conexión con la noción postmoderna de que hemos avanzado tanto que podemos cambiar incluso lo aparentemente inmutable, como nuestra apariencia física genéticamente determinada.

La obsesión por una peculiaridad estética

La cirugía estética es en sí misma una ciencia útil y preciada; sin embargo, su utilización excesiva e impropia puede volverla realmente perjudicial y peligrosa. Cuando una persona se obsesiona sobre una peculiaridad estética que rechaza aceptar, su atención se concentra siempre en este . Vive con este tormento de la dismorfofobia a lo largo de todo el día, que después se vuelve en pánico a la vista del espejo o de una mirada indiscreta.

Sin embargo, es necesario destacar que, en la mayoría de los casos, el estético es inexistente o insignificante, sólo es una fijación mental, a menudo conectada con problemas de relación con otras personas y un profundo sentido de inseguridad. La mente se agarra a un defecto estético para explicar los fundamentos de estos problemas y mantiene la ilusión de que, una vez suprimido o modificado, todo volverá milagrosamente a su lugar.

La persona, contenta con los resultados obtenidos, siempre puede encontrar algo más en su cuerpo que puede ser mejorado, por lo que el paciente entra en una trampa aparentemente sin salida: empieza algo que le da la ilusión de tener el control sobre su aspecto físico, pero, en realidad, hace que pierda el control. Una intervención llevará a otra, después a otra, y así sucesivamente, haciendo que viva en la constante necesidad de sedar las reacciones de pánico provocadas por la idea de tener un defecto estético.

Otra solución intentada común que toman los dismorfofóbicos es el aislamiento del contacto social, con el fin de evitar el sufrimiento y las crisis de pánico.

El caso de Cinzia

Para ilustrarlo veamos el caso de Cinzia. Este caso fue tratado por el profesor Nardone y fue emitido por la televisión nacional italiana.

Cinzia es una bella mujer mediterránea de 23 años que ya se ha sometido a una operación de agrandamiento del seno antes de ser enviada a nuestra clínica por su cirujano plástico, que rechaza llevar a cabo una segunda intervención quirúrgica: realzar el labio superior.

Terapeuta: ¿Antes de agrandarte el seno, estabas convencida de que tenías que arreglarte también los labios, o esta idea se te ocurrió después de haberte arreglado el seno?

Paciente: Mmmm…se me ocurrió después de haberme hecho agrandar el seno.

T: Por lo tanto, ¿tú has descubierto el defecto en tus labios solamente después de haber corregido otro defecto?

P: Sí, es correcto

T: Ok. ¿Conoces el juego de las cajas chinas? Abres una caja grande y encuentras una más pequeña; abres la más pequeña y encuentras otra aún más pequeña; y después otra aún más pequeña…Y así sucesivamente…Me gustaría que empezases a pensar que después de cada intervención quirúrgica correctiva que ha funcionado estarás abrumada por el deseo de realizar otra…y después otra más…y así sucesivamente… ¡es la intervención correctiva la que hace que tú crees nuevas cosas que corregir! ¿Conoces a Michael Jackson? Una buena solución, si se repite, a veces puede llegar a ser un problema.

T: Permíteme que te dé un consejo, en las próximas semanas diviértete mirándote en el espejo, cinco veces al día, cada tres horas durante cinco minutos. Coge un lápiz y un papel, y apunta todos tus defectos estéticos. Escríbelos y piensa en cómo podrías corregirlos. Es la manera perfecta de evitar el juego de las cajas chinas, ¿de acuerdo?

P: De acuerdo

El chequeo estético y las cajas chinas en caso de dismorfofobia

La prescripción paradójica, que llamamos chequeo estético, está destinada a reforzar el cambio producido durante la sesión. Esta prescripción tenía la intención de incrementar el miedo de la paciente a entrar en un círculo vicioso sin salida.

A través del uso del diálogo estratégico, se hace sentir a la paciente, y no meramente entender, que lo que estaba a punto de emprender no iba a solucionar el problema. Por el contrario, esta solución intentada se convertiría en un problema que crearía otro problema, precisamente como en el juego de las cajas chinas.

La analogía con las cajas chinas es una imagen metafórica muy fuerte que representa muy bien la posible caída en un círculo vicioso con peores consecuencias posteriores. El impacto producido por el diálogo estratégico utilizado a lo largo de la primera sesión fue tan inmediato y abrumador que la paciente no tuvo necesidad de poner en práctica el consejo dado por el terapeuta para experimentar el cambio en su dismorfofobia.

 (De “Conocer a través del cambio”. Giorgio Nardone y Claudette Portelli. Herder Editorial)

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