La mayoría de las veces, las personas afectadas por una fobia tienen un excelente nivel de conocimiento de las causas y del funcionamiento de su problema. Pero no consiguen cambiar sus percepciones y reacciones.
Por el contrario, el esfuerzo consciente y voluntario de expresarlos inhiben a menudo los recursos personales. El miedo como fenómeno psicológico requiere el conocimiento de aquello que asusta. Y, por tanto, es precisamente el incremento de la conciencia el que amplifica su percepción.
Todo esto conduce a afirmar que las terapias basadas en el incremento del conocimiento y de la racionalidad resultan ineficaces para el tratamiento del miedo patológico. Es más la mayoría de las veces provocan un empeoramiento.
Terapias enfocadas a dejar de usar la racionalización para el trastorno fóbico
En consecuencia, se deduce que una terapia realmente eficaz para los trastornos fóbicos no sólo debe dejar de utilizar la racionalización y el conocimiento como instrumento prioritario de cambio. Por el contrario, debe recurrir a estratagemas sugestivas capaces de bloquear este proceso cognitivo para abrir el camino a la posibilidad de nuevas experiencias.
Estas experiencias capaces de producir cambios reales deberán ser “sucesos planificados” con en fin de provocar el primer desbloqueo del miedo. En efecto, la experiencia concreta inducirá a una nueva forma de conciencia basada en la capacidad expresada en la superación del obstáculo, anteriormente vivido como invencible.
El miedo patológico, al ser un fenómeno irracional según la racionalidad tradicional, requiere para ser tratado con éxito una intervención terapéutica que copie su estructura. Y que provoque, por tanto, cambios primero inconscientes y solo con posterioridad conscientes. Con este fin el arte de la estratagema aplicado al miedo patológico, como artificio que engaña al bloqueo fóbico e induce a la persona a vivir experiencias concretas de cambio, se convierte en un instrumento indispensable para obtener resultados rápidos y efectivos.
Estudios de las últimas décadas
Sobre este tema son muy relevantes las investigaciones que se han llevado a cabo en las últimas décadas en el campo de las neurociencias (Gazzaniga, 1999). En estas disciplinas se ha demostrado mediante experimentos científicos que nuestras reacciones, la mayoría de mas veces, derivan directamente de nuestras modalidades perceptivas. Y que solo con posterioridad son elaboradas por nuestras estructuras cognitivas.
Por lo demás, los estudios de Piaget (1973) relativos a la costrucción de la realidad del niño ya habían demostrado ampliamente todo esto.
En otros términos, la mayoría de nuestras nuevas formas de reacción se basan en mecanismos que actúan antes de que tengamos conciencia de ello. Puesto que están inducidos por percepciones de la realidad específicas. Y sólo después estamos en condiciones de representarnos conscientemente aquello que ha sucedido.
Tratamiento ad hoc
La mejor manera de conducir a una persona a superar efectiva y rápidamente su miedo patológico está representada por un tipo de tratamiento construido ad hoc que:
- Copie, en su lógica de intervención, la estructura de la persistencia del trastorno
- Guíe a la persona, mediante estratagemas que soslayen la resistencia, hacia concretas experiencias de cambio;
- Conduzca a la persona a la confianza en los propios recursos personales y a la recuperación de la completa autonomía e independencia.
Esta afirmación está claramente confirmada por los resultados relativos a la eficacia y eficiencia del tratamiento. En efecto, éstos muestran inequívocamente que esta terapia breve específica para los trastornos fóbicos obsesivos obtiene los mejores resultados actualmente disponibles en el universo de las posibles formas de terapia.
Sobre la base de estas evidencias empíricas, el lector debe tener siempre en mente a Occam: “Todo cuanto puede hacerse con poco, se hace en vano con mucho“.
Más en “Más allá del miedo. Superar rápidamente las fobias, las obsesiones y el pánico”. Giorgio Nardone. Paidós. Fobia
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