Sabios y sentenciasSéneca

Aforismos de Séneca:

“La ira, un ácido que puede hacer más daño al recipiente en que se almacena que a cualquier cosa sobre la que se vierte”

“Nada impide tanto la curación como cambiar a menudo los remedios”

“Los males de los que huyes están en ti”

“Si uno no sabe hacia qué puerto dirigirse cualquier viento es equivocado”

“Quien ha tenido pánico muere cien veces y no una sola vez”

“No afrontamos las adversidades porque sean difíciles sino que son difíciles porque no las afrontamos”

“Quien no tiene nada que esperar de nada tiene que desesperarse”

“No hay esclavitud más vergonzosa que la voluntaria”

“Dos veces vence el que en la victoria se vence a sí”

“El que callar no puede, hablar no sabe”

Séneca

¿Quién fue Séneca?

Filósofo, escritor y político romano (Córdoba, año 4 a.C – Roma, 12 abril 65 d.C). Su nombre completo era Lucio Anneo Séneca. Hijo de Séneca el retórico, se trasladó a Roma muy joven para estudiar oratoria y filosofía. Discípulo de los filósofos eclécticos, que ejercieron una gran influencia sobre su propio pensamiento filosófico. En el 31 d.C fue hecho senador por Calígula y obtuvo el cargo de cuestor. Pero su brillante carrera de abogado le enfrentó al emperador, que finalmente forzó su retirada de la actividad política.

Retirado, se dedicó al cultivo de la filosofía y la literatura y mantuvo una intensa vida social que le proporcionó un gran prestigio entre las clases pudientes de Roma. Pero cayó en desgracia ante Mesalina, primera esposa del emperador Claudio, que lo acusó de adulterio.

Fue primero condenado a muerte por el senado y finalmente al exilio en la isla de Córcega en el año 41 d.C. La segunda esposa del emperador, Agripina, le hizo regresar y le encomendó la educación de su hijo Nerón. Cuando Nerón se convirtió en un emperador cada vez más violento, optó por abandonar la vida política en el 62 d.C. Nerón provocó un incendio en Roma y culpó del levantamiento popular a su antiguo maestro, obligándolo a quitarse la vida. Séneca cumplió la condena cortándose las venas, según la tradición de la nobleza romana.

1 comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *

Publicar comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.