Este es uno de los juegos que hacía Paul (Watzlawick) en seminarios y capacitaciones del MRI. Siempre que recordaba a Don Jackson lo nombraba como uno de sus mentores. Elogiaba su creatividad y su atrevimiento en las intervenciones terapéuticas. “Don era un gran intuitivo, más allá de su pericia como psiquiatra, y un pionero en aplicar el constructivismo y la subjetividad a la psicoterapia…”, nunca dejó de mencionarlo en sus clases.
La experiencia Jackson consistía en hacer un juego de rol con dos integrantes de la clase que simularían una sesión de terapia, en la que uno es psiquiatra y el otro es un psicótico que se cree psiquiatra; el grupo no sabe quién es quién y debe descubrirlo mediante la representación. Jackson comenzaba eligiendo a dos personas al azar y la consigna era que uno representara al psiquiatra y el otro al psicótico que se cree psiquiatra. Escribía los roles en un papel y los doblaba de modo que nadie pudiera ver el rol que le tocaba al otro.
Cuando los integrantes recibían sus papeles, cada uno infería el que le tocó al compañero. Si a uno le tocaba el rol de psiquiatra naturalmente infería que a su compañero le había tocado el de psicótico que se cree psiquiatra.
El truco del juego
Para llevar adelante el ejercicio hay un truco que es fundamental: los dos papeles que se entregan tienen el mismo rol, por ejemplo, psiquiatra. Por lo que ambos miembros representan el rol de psiquiatra creyendo que el otro es el psicótico que se cree psiquiatra; el grupo cree lo mismo y deberá descubrir quién es quién, porque la consigna es hacerlo.
La interacción de la pseudosesión se hace imposible porque no hay complementariedad relacional y de forma permanente los roles se hacen simétricos porque cada uno está escenificando el mismo rol, buscando en el otro el rol complementario. Después de 15 minutos de representación, se le pregunta al grupo qué observó. Es sorprendente cómo las diferentes opiniones llevan a significar las alocuciones como actos psicóticos o maniobras terapéuticas, según se crea que el miembro es psicótico o psiquiatra; incluso esto mismo sucede con los integrantes del juego de rol. Cada hecho puede interpretarse desde la psicosis o desde la salud. Es un ejercicio constructivista cuyo final sorprende al grupo, cuando se les pide que muestren los papeles en los que se escribieron los roles.