En la psicoterapia estratégico-familiar, estrategia elaborada por el terapeuta para generar una situación en la que tener un síntoma dado proporcione más desventajas que no tenerlo. Se utiliza para este propósito una prescripción que prevé, al manifestarse el síntoma, una acción o un comportamiento desagradable o detestado por el paciente, pero que puede comportar sus beneficios, sobre todo en las relaciones con otras personas.
En la literatura psicoterapéutica, Haley ha atribuido este término a algunas prescripciones efectuadas por M. H. Erickson con el fin de eliminar los síntomas de sus pacientes. Esta estrategia terapéutica resulta particularmente útil si se inserta en un contexto relacional e interactivo.
Ejemplo de ordalía
Por ejemplo, cada vez que un cónyuge tiene un comportamiento sintomático disfuncional, la estrategia de la ordalía podría consistir en hacer un regalo a la mujer o a la suegra (acción considerada costosa y de esfuerzo), o bien en hacer tareas domésticas (acción considerada pesada y fatigante).
Este tipo de prescripción comporta una victoria segura:
- si el síntoma se manifiesta, se producirá un mejoramiento de las relaciones significativas porque se cumple una acción útil en el ámbito familiar (aunque se haga con medios que no agraden al paciente, como tareas o deberes suplementarios).
- si deja de manifestarse, el cambio terapéutico promovido habrá tenido éxito.
(E. Molinari, F. Pagnini, G. Castelnuovo). Bibliografía. Haley J., Il terapeuta e la sua vittima, 1984.