"Ayudar a los padres a ayudar a los hijos"Niños, trastornos de conducta y familiaTerapia Breve Estratégicaenuresis

El último trastorno que queremos tratar en relación a este grupo de edad (6-11 años) suscita mucha preocupación en los padres: la enuresis nocturna. Durante la noche el niño se hace pipí en la cama una o más veces. A pesar de que no pueden culpar al niño, puesto que no se trata de un acto voluntario, los padres terminan a menudo por enfadarse.

La tradición comportamental: el pandbell

En la tradición de la terapia comportamental, el tratamiento de la enuresis ha representado siempre una prueba de eficacia. La intervención considerada como más válida es el pandbell, un artefacto aplicado al chico que emite un sonido o una leve descarga eléctrica para crear un mecanismo psicofisiológico de aversión en la confrontación del síntoma que producirá tal castigo.

El método estratégico

Aunque no se pueda negar la evidente eficacia del método, nos parece que esta forma de condicionamiento es excesiva. Y además existen otros métodos igualmente eficaces. El método puesto a punto por nosotros es de hecho una ordalía, pero hace que los padres y los hijos compartan la fatiga y el sufrimiento.

  • Los padres deben controlar sistematicamente durante una semana cuál es el momento, o los momentos, en los que sucede la enuresis durante la noche. Con este fin, y aquí esta la primera tortura para los padres, deben despertarse por turnos cada hora e ir a controlar la cama del hijo.
  • Una vez identificados los momentos cruciales, los padres, de nuevo por turnos, deberán poner el despertador 15 minutos antes de la fase horaria de riesgo, despertar al chico y llevarlo al baño a hacer pipí. Esto vale también si los episodios son más de uno.
El uso de la ordalía

En la mayoría de los casos en el plazo de 4 semanas el trastorno desaparece. Pueden haber sin embargo casos más refractarios, sobre todo niños que se levantan sin despertarse del todo, van al baño sin hacer pipí, vuelven a la cama y se dejan ir. En tales situaciones el padre debe proceder con una ulterior pequeña ordalía, esta vez deberá obligar al hijo a despertarse del todo, lavar las sábanas y finalmente rehacer la cama para volver a dormir. Habitualmente son suficientes dos o tres de estas experiencias aversivas para que el niño acepte ser despertado para ir a hacer pipí durante la noche para después volver a dormir sin tener más enuresis.

Si todo esto no funciona el problema se afronta modificando las relaciones en el interior de la familia para eliminar su posible rol de catalizador de las atenciones paternales. En estos casos la indicación es la de la “frustración del síntoma”, es decir, el total desinterés  declarado y puesto en práctica por parte de los padres en el caso de presentarse el problema, dejando la completa gestión de este al hijo mismo. Lo que significa la anulación de cualquier tipo de ayuda y el dejar de hablar de ello como si fuese un problema. Normalmente esta no fácil reestructuración de la intervención de los padres crea efectos realmente sorprendentes.

(De Aiutare i genitori ad aiutare i figli. Problemi e soluzioni per il ciclo di vita“. Giorgio Nardone y el equipo del Centro de Terapia Estratégica. Ponte Alle Grazie)

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