"Cómo dejar de fumar"Terapia Breve EstratégicaTOC y compulsiones placenterasMétodo Spiegel

Este escrito no aspira a profundizar los temas generales sobre la hipnosis, disponibles en otro lugar y mejor, sino que quiere describir un método particular, eficaz y breve, para resolver el problema de fumar: el método Spiegel & Spiegel (1978).

Igual que Milton Erickson, los autores creen que el trance ligero es muy eficaz y, al tratarse siempre y de cualquier forma de varios grados de autohipnosis, enseñan a las personas cómo autohipnotizarse. Para hacerlo es necesario esforzarse en seguir la inducción en una única sesión. Después el paciente la repite cada hora, o cada dos horas, durante unos cuantos días, hasta perfeccionar la capacidad de entrar con rapidez en un estado de mayor consciencia. Por tanto, el propio paciente es el primer actor del cambio, y no la magia del terapeuta.

La intervención en el método Spiegel & Spiegel

La estructura de la intervención es sencilla y eficaz. No se busca influenciar la percepción del paciente, del tipo: “El cigarrillo tendrá un sabor desagradable…”, sino (y aquí está la estrategia) se unen dos necesidades antitéticas: la necesidad de fumar y la necesidad de proteger el propio cuerpo.

A través del ejercicio reiterado de inducción se continúa reforzando la necesidad de proteger el cuerpo. Tratar de obligarse a no fumar es luchar contra algo que ha llegado a ser casi espontáneo. Y todos sabemos que quien se controla pierde el control. Hay que igualar ambas necesidades y hacer que la necesidad de protegerse llegue a ser gradualmente inevitable.

El punto central del ejercicio trata sobre tres puntos críticos que el paciente tiene que memorizar y repetir una vez alcanzado el estado de trance autoinducido:

  1. Para mi cuerpo, fumar es veneno
  2. Necesito mi cuerpo para vivir
  3. Le debo a mi cuerpo respeto y protección.

Para inducir el trance se utiliza la técnica de la rotación ocular y la levitación del brazo. La técnica de la rotación ocular es muy sencilla e induce rápidamente el trance. Se pide al paciente que gire los ojos como si tuviese que mirarse las cejas. Este movimiento facilita la inducción, aunque aún no está claro de qué modo.

La levitación del brazo ocurre sólo cuando la persona ha alcanzado este estado de mayor concentración interna. Es la señal del cuerpo de que está en el punto correcto para repetir la fórmula terapéutica de tres puntos. El proceso se compone de cuatro fases:

  • Coloquio clínico
  • Instrucciones sobre el proceso
  • Inducción, trance y repetición hasta el aprendizaje seguro
  • Explicación de la utilización final.
COLOQUIO

La parte más breve del proceso, no dura más de cinco minutos y trata sobre una serie de preguntas estándar:

  • ¿Cuántos años hace que fuma?
  • ¿Cuántos cigarrillos fuma al día?
  • ¿Cuánto gasta cada día en tabaco?
  • ¿Ha intentado dejarlo alguna vez?
  • En caso afirmativo, ¿cuándo y qué métodos ha utilizado?
  • ¿Las personas que viven con usted fuman?
  • ¿Qué síntomas físicos acusa a causa del tabaco?
  • ¿Qué acontecimientos le han empujado a pedir ayuda? (…)

Watzlawick nos ha enseñado que no se puede no comunicar y ya el coloquio inicial significa poner al paciente estratégicamente “en la pista del cambio”. Por ejemplo, si resultase que en su casa su mujer continúa fumando, hay que preguntarle al paciente: “¿No cree que este hecho puede debilitarle e influenciarle con el tiempo? En otras palabras: ¿cree que podrá resistirse a los cigarrillos de su mujer?”. El aire de sutil desafío que surge de la pregunta refuerza normalmente al paciente (…)

INSTRUCCIONES PRELIMINARES

“La hipnosis es un método para concentrarse. Es una especie de ligereza del cuerpo y de la muerte. Es como poseer una doble consciencia, estar aquí conmigo y al mismo tiempo dentro de sí mismo. Esto le hará capaz de llegar a ser mucho más receptivo a sus pensamientos.

Contaremos hasta tres. Al contar uno haremos una acción. Cuando contemos dos, dos acciones. Al contar tres, tres acciones.

Al contar uno girará los ojos hacia arriba, como si fuese a mirarse las cejas, con los párpados abiertos. A la de dos, cerrará los párpados e inspirará profundamente, Al contar tres, espirará, relajará los ojos y dejará que el cuerpo fluctúe.

Y cuando note que el cuerpo fluctúa, permitirá a su brazo izquierdo vaciarse de peso y convertirse en un globo ligerísimo. El brazo se doblará por el codo y empezará a levantarse. Cada vez más. Le resultará imposible pararlo de lo ligero que será. Cuando el brazo izquierdo se alce en posición vertical, para usted será la señal para entrar en un estado de meditación.

En este estado de meditación, se concentrará en el estado de fluctuación, de ligereza del cuerpo y al mismo tiempo se concentrará sobre los tres puntos críticos (anteriormente citados).

Le ruego que note que la estrategia destaca una promesa PARA el cuerpo y no CONTRA el fumar.

Diez veces al día

Le propongo que realice el ejercicio unas diez veces al día durante dos semanas completas (…) El cambio sólo llega si doy prioridad a la promesa de proteger mi cuerpo en presencia de cigarrillos. El error más grande es prohibirse fumar. A la gente libre no nos gustan las prohibiciones. Nos rebelamos enseguida. Sin embargo, si elijo una cosa, como la promesa de hacer de guardián de mi cuerpo, es diferente…(…) Lo que puede hacerse es ignorar el deseo. Lo puede hacer del modo siguiente: cuando tenga ganas de fumar, admítalo consigo mismo. Al mismo tiempo reconozca la promesa de respetar el cuerpo.

Tras haberse repetido los tres puntos críticos, saldrá de la meditación. Contará desde tres hasta uno. Al contar tres se preparará, al contar dos, con los párpados cerrados, girará los ojos hacia las cejas y apretará con fuerza el puño del brazo levantado. Al contar uno, abrirá los párpados. Fijará un punto en el techo y poco a poco abrirá el puño. Al hacerlo, todas las sensaciones del cuerpo volverán, aunque permanecerá dentro de usted un estado de relajación.

LA INDUCCIÓN

Se siguen las instrucciones (…) El ejercicio se repite varias veces: primero con la guía del terapeuta. Después el paciente ha de repetirlo por su cuenta hasta que esté seguro de que lo ha aprendido.

EL USO FINAL DEL MÉTODO SPIEGEL

“Cada vez que tengas ganas de fumar y la mano vaya hacia el cigarrillo, admítaselo a sí mismo. Evite negárselo. Sin embargo, al mismo tiempo frunza el ceño. Este gesto evocará el ejercicio hecho y la promesa de protegerse el propio cuerpo. Como hemos visto antes, entre dos necesidades unidas, una queda ignorada.”

(De “Cómo dejar de fumar. Estrategias para liberarse en tiempo breve de las dependencias del humo“. Branka Skorjanec. Prefacio de Giorgio Nardone. Rigden)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *

Publicar comentario