"Hipnosis y terapias hipnóticas"Terapia Breve EstratégicaPoltergeist
Definición

La hipnosis es un estado de particular activación de la atención focal intrapersonal, con una correspondiente disminución de la consciencia periférica. Y disfruta desde siempre de una fama peligrosa. En el mejor de los casos ha sido considerada sinónimo de manipulación, pérdida de control, alteración de la voluntad. En el peor, una experiencia sobrenatural, incluso esotérica.

Sin embargo, pocos conocen la historia del concepto científico. Y poquísimos saben que, en realidad, la hipnosis es una experiencia repetida en la vida de los seres humanos: un estado de alteración de las percepciones y de la conciencia que acompaña constantemente nuestra relación con la realidad circundante. No es un estado que alguien nos impone desde fuera, sino un efecto de nuestras características psicológicas y fisiológicas.

Sin ser conscientes de ello, en la vida cotidiana pasamos continuamente a través de estados de sugestión, si no de trance real.

Esto no significa que seamos víctimas de fenómenos psicofisiológicos inconscientes, sino que, de vez en cuando, y de forma totalmente natural, entramos en un estado alterado de conciencia atenta que nos hace más capaces de gestionar nuestras reacciones en la realidad circundante. Por ejemplo, le ha sucedido a cualquiera que use a menudo el coche, el llegar a su destino sin recordar lo más mínimo el recorrido realizado, pero sintiéndose del todo lúcido y totalmente relajado.

Un fenómeno natural

Es más, quizás le habrá sucedido que mientras conducía, en este estado de trance natural, la reacción ante un evento imprevisto haya sido más rápida y eficaz de lo que hubiera sido en un estado normal de vigilia. Bien, son éstos los modos en los que se entreteje la hipnosis en la experiencia cotidiana, ampliando nuestras capacidades de percepción y relación frente a la realidad, ya sea interior o exterior.

Reconocerla como fenómeno natural es el primer paso para despejar el campo de mitologías, de prejuicios y de supersticiones, que hacen que sea considerada erróneamente como un instrumento de manipulación, fascinante pero peligroso.

Precisamente porque se trata de un evento del todo común, si se utiliza bien la hipnosis puede tener efectos extraordinarios.

Autohipnosis

Cada fenómeno hipnótico es en realidad autohipnótico: un trance puede inducirse en cuanto la propia persona se lo induce. El rol del hipnotizador es únicamente el de facilitar un proceso que es, de por sí, autosugestivo.

Desde el punto de vista de la comunicación, no existe manipulación por parte del hipnotizador. Pero sí que desarrolla más bien una forma de autoengaño comunicativo en el que la persona en hipnosis se estimula para autoinducirse una serie de alteraciones de percepciones y de consciencia. Este estado lo utiliza el paciente mismo o su terapeuta como vehículo para provocar cambios de otro modo difíciles de obtener.

Es fácil comprender que la hipnosis es un instrumento formidable para mejorarse a sí mismo y las capacidades propias. Y para nosotros, los terapeutas, es también una de las técnicas más potentes y eficientes para ayudar a nuestro paciente a desbloquear las propias rígidas percepciones disfuncionales de la realidad, que lo vinculan a reacciones patológicas.

La evolución de la hipnosis

La hipnosis del pasado (…) era una hipnosis construida de forma artificial y esencialmente sobrenatural (…) La hipnosis se ha vuelto cada vez más parecida a un proceso natural, capaz de respetar la cualidad humana de la persona y de restituirle la fuerza en sus propios recursos.

En el curso de los últimos 50 años, la hipnosis tiende a afirmarse como un estado natural muy difundido, que en una observación superficial no siempre es fácil de distinguir del estado de vigilia. Y que puede presentarse espontánea y repetidamente en el transcurso de la jornada.

Lo que una vez supuso el estado de excepción se convierte en un estado de cada día, el common every day trance (Haley, 1978), alternado e integrado en el estado de vigilia, pasando a través de una gama riquísima de grados intermedios.

La nueva hipnosis

Desde el punto de vista psicoterapéutico, la nueva hipnosis, que se funda en este concepto naturalista del estado de trance, ya no propone al hipnotizador como figura autoritaria y carismática que aplica de forma artificial procedimientos rituales. Sino que se esfuerza sobre todo en reconocer y respetar las características de la persona.

Esta última no asume un papel pasivo y sometido, sino que se convierte en protagonista activo del proceso inductivo en el que participa.

El concepto ericksoniano del estado de trance introduce una profunda innovación. E igualmente innovador es el modo en que Erickson ha modificado el proceso terapéutico y las técnicas utilizadas tradicionalmente por los hipnotizadores antes que él. Esta revolución de la perspectiva hipnótica ha inducido a Daniel Araoz (1985) a definir el modelo ericksoniano como nueva hipnosis. Y numerosos autores han reconocido esta definición (Loriedo, 1999).

(De “Hipnosis y terapias hipnóticas. Una guía que desvela el verdadero poder de la hipnosis”. Giorgio Nardone, Camilo Loriedo, Jeffrey Zeig y Paul Watzlawick)

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