"Las prisiones de la comida"Trastornos de alimentaciónbinge eating

El trastorno alimentario compulsivo (binge eating), que consideramos una evolución de la bulimia, lo provoca la alternancia de periodos largos de abstinencia o régimen altamente controlado en la relación con la comida y periodos, más o menos largos, de transgresión intensa. Durante estos periodos de transgresión la persona se abandona completamente al placer de los atracones.

Al atracón (seguido o no por el vómito) le sigue después otro largo periodo punitivo de ayuno, y el ciclo  típico del binge eating vuelve a empezar.

El sistema perceptivo-reactivo de estas personas se basa pues en la alternancia continua ayuno/atracón, control/pérdida de control. La capacidad de controlarse en estas personas es efectivamente tan lograda que al cabo de un año ya no consiguen manejarla y pierden el control.

Es por tanto la prolongada abstinencia de la comida y el esfuerzo continuo por controlarse lo que determina la sucesiva pérdida de control. Y en este caso, también la solución ensayada complica el problema.

La maniobra elaborada para desbloquear esta sintomatología consiste en una reestructuración muy similar a la del “miedo a la ayuda” utilizada por los trastornos fóbicos (Nardone, 1993). O sea, la reestructuración del miedo al ayuno.

Tratamiento del binge eating: la reestructuración del miedo al ayuno

Si una persona se ve gorda piensa que la mejor solución para adelgazar consiste en ayunar:

“Cuanto más ayune, más adelgazaré”.

Pero esta lógica del sentido común no considera las consecuencias algo extrañas que todos padecemos. Como por ejemplo cuando nos abstenemos durante toda una semana y después perdemos el control y nos damos un atracón.

En realidad, lo que se presenta como la mejor solución, es decir la abstinencia y el ayuno, se convierte en la mejor manera de preparar los atracones.

De manera que a cualquier persona le costará muchísimo dejar de comer para luego arruinarlo todo de una sola vez. Y no solo lo arruinará todo sino que se excederá en las calorías y engordará.

En realidad, quiero que empieces a pensar que tienes que tener miedo de ayunar porque cada vez que ayunas le abres la puerta a otro atracón. Cada vez que te abstienes, preparas el siguiente atracón. Y si ayunas por un tiempo y luego te das un atracón, asimilas todavía más y no adelgazas.

Yo estoy de acuerdo con que adelgaces, pero quiero que adelgaces y aprendas a mantener el peso normal.

De manera que tienes que empezar a pensar que el ayuno es peligroso, que tienes que tener miedo. Porque cada vez que ayunes después acabarás dándote un atracón que te hará engordar. Si adoptas esta solución no solo no funcionará sino que te hará empeorar.

Sé muy bien que eres capaz de hacer esto, pero piensa también que cada vez que quieras ayunar estarás preparando el siguiente atracón. Y que la mejor manera de evitar los atracones es evitando los ayunos.

Un cambio de percepción

Con esta reestructuración se define el ayuno, lo cual para estas personas representa una conquista enorme, como la cosa que efectivamente provoca aquello que temen, es decir: el atracón (…) La percepción del problema cambia radicalmente: la solución ensayada de ayunar es vista no ya como algo funcional sino como algo peligroso y amenazador, ya que es precisamente el ayuno lo que provoca el atracón.

Esta maniobra es extremadamente eficaz para el binge eating, pues recalca la tendencia al control típica de estas personas y la reorienta contra el síntoma (…)

En la mayoría de los casos, después de una maniobra así, las pacientes empiezan a comer regularmente de nuevo, sin que nadie se lo haya pedido directamente, porque viven el hecho de acceder a la alimentación como algo que les permitirá controlar lo que más temen, es decir, el atracón.

Extraído de aquí

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