Un abogado contactó a Erickson acerca de un caso donde él creía que la hipnosis había sido usada inapropiadamente. Era un caso de asesinato y la policía usó hipnosis con el testigo. El abogado defensor le preguntó a Erickson si podía testificar, pero Erickson dijo que era demasiado viejo y le sugirió al abogado que me llamara (habla Jeffrey Zeig) (…)
Mientras hablamos le dije a Erickson que estaba nervioso por ir a la corte y le pedí algún consejo. Erickson comenzó la siguiente historia con la frase: “Conozca al abogado contrario”.
La anécdota de la abogada meticulosa
Erickson explicó que él una vez había testificado en un caso de custodia de menor por parte del marido. Él creía que la esposa estaba sufriendo de problemas psicológicos severos y que el marido era la mejor persona para tener la custodia ya que era posible que la esposa fuera a ser abusiva.
Erickson luego dijo que él había sospechado que la abogada opositora era una persona muy meticulosa. Imaginaba que las cosas serían muy difíciles porque el abogado del esposo no le dio ninguna información acerca de la oposición. Cuando llegó el día de dar testimonio, el abogado opositor llegó bien preparado, tenía catorce páginas de preguntas escritas a máquinas para Erickson. Ella abrió con preguntas desafiantes:
“Dr. Erickson, usted dice que es un experto en psiquiatría. ¿Quién le autorizó?”
Erickson respondió: “Yo soy mi propia autoridad”.
Él sabía que si nombraba a alguien, esta abogada bien preparada comenzaría a minar su pericia citando autoridades en conflicto.
La abogada preguntó luego:
“Doctor Erickson, usted dice que usted es un experto en psiquiatría. ¿Qué es la psiquiatría”.
Erickson dijo que dio la siguiente respuesta:
“Puedo darle este ejemplo. Cualquiera que sea experto en historia americana sabrá algo acerca de Simon Girty, también llamado El Dirty Girty. Cualquiera que no sea experto en historia americana no sabrá quién es Simon Girty, también llamado El Dirty Girty. Cualquier experto en historia americana debería saber acerca de Simon Girty, también conocido como Dirty Girty“.
Erickson explicó que cuando miró al juez, este estaba sentado con su cabeza escondida entre las manos. El secretario de la corte estaba bajo la mesa tratando de encontrar su lápiz. El abogado del esposo estaba tratando de suprimir una risa incontrolable.
Luego de que Erickson diera este ejemplo (aparentemente irrelevante), la abogada puso a un lado sus papeles y dijo:
“No más preguntas, Dr Erickson”
Luego Erickson me miró y dijo: “Y el nombre de la abogada…era Gertie”.
(N del T: Dirty Girty: El sucio Girty. Se pronuncia igual que Gertie, así que propiamente llamó sucia a la abogada).
La anécdota de Erickson era divertida y encantadora (…) Si Erickson solo me hubiera dicho: “No se deje intimidar por esta situación”, el impacto habría sido mínimo. Pero como resultado de su método de comunicación, ahora me es imposible entrar en una corte sin pensar en Dirty Girty.
El momentum emocional
Después, Erickson me habló acerca de otra técnica que él usó exitosamente en la corte. Dijo que a menudo el abogado oponente construía un momentum emocional y luego planteaba una pregunta apasionada, cuya estupidez quedaba oculta por la emoción suscitada.
En este momento, Erickson actuaba con un poco de torpeza. Le decía al juez: “Lo siento. Me perdí la pregunta. ¿Por favor, haría que el secretario me la lea otra vez?”. Erickson contó que cuando el secretario de la corte leía de nuevo la pregunta con una voz plana, perdía toda su dramática intensidad, permitiendo que el jurado y todos los demás en la corte vieran cuan estúpida realmente era la pregunta.
Después de que el caso se resolvió, cuando el defensor se declaró culpable, discutimos nuestros hallazgos. Estuvimos de acuerdo en que la hipnosis no había sido usada inadecuadamente. De hecho, Erickson dijo que a causa de que el oficial había usado una técnica estandarizada, la hipnosis en realidad había tenido poco efecto en el sujeto; pocas respuestas fueron en realidad suscitadas.
Muy buena… Que genio Milton Erickson.