DepresiónTerapia EricksonianaJeffrey Zeig

Habla Jeffrey K. Zeig:
Esto tiene que ver con una pregunta muy importante que me hago a mi mismo cuando llega un nuevo paciente. Me pregunto ¿qué valora el paciente? También me pregunto ¿cómo hace el paciente el problema?

Cuando el paciente llega, pídanle una descripción detallada del problema. Él les dice, por ejemplo: Estoy deprimido. Pídanle entonces una descripción lo más detallada posible de la depresión. Muy detallada. Deprimido, ¿cómo?, ¿siente la depresión en sus hombros?, ¿en el estómago?, ¿cómo es esta depresión comparada con la depresión de otras personas?, compare esta depresión con el dolor, ¿cómo es la depresión en la mañana?, ¿cómo es en la tarde?, ¿cómo es los jueves? Hagan preguntas casi voyeristas sobre los detalles de la depresión.

Farah Fawcet en traje de baño y perdiendo su integridad

La razón para hacer esto es el famoso Principio Farah Fawcet. ¿Todos ustedes conocen el famoso Principio Farah Fawcet? ¿Conocen a la artista norteamericana Farah Fawcet? Un día estábamos almorzando en el hospital en donde yo trabajaba, hace muchos años. Y había una foto de Farah Fawcet en traje de baño en la portada de una revista. Es una artista muy bonita. Una de las personas que trabajaban ahí se la quedó viendo y dijo: Sus muslos son muy gordos. Alguien más comentó: Sus pantorrillas no tienen exactamente el contorno que va con sus muslos y su cintura es demasiado chica, y su cuello era muy largo, su sonrisa era demasiado grande, y su cara demasiado redonda.

Para cuando terminamos de describirla ya no era nada atractiva. Así que el famoso Principio Farah Fawcet es: si examinan algo muy de cerca, suficientemente de cerca, pierda su integridad. Así que si fuerzan al paciente a que examine su problema con muchísimos detalles, pierde su integridad. Es como si le preguntaran a un ciempiés cómo mueve su pie número veintidós. Se tropieza. Si le piden al paciente que describa su problema con muchísimos detalles, sucede eso.

El principio aplicado a Travolta (no funciona)

Un día, mi secretaria y yo estábamos almorzando en el Hotel Hyatt de Phoenix. En la mesa de junto estaba el actor americano John Travolta. Es un hombre muy guapo y a mi secretaria le estaba dando tortícolis, porque su cuello se giraba para verlo. Le conté del famoso Principio de Farah Fawcet y me contestó con certeza: No va a funcionar con John Travolta.

No siempre resulta que si examinan algo de cerca pierde su integridad, pero a menudo es una buena idea.

¿Cómo se fabrica el problema?

La segunda pregunta es ¿cómo la persona fabrica el problema? Si el problema es X ¿cómo produce X? Casi como si ustedes pensaran que esa persona es muy creativa y tiene un papel. Miran al paciente y le dicen: ¡Esto es fabuloso! ¡Depresión! ¿Cómo haces la depresión?. La razón para hacer esto es que los pacientes convierten sus problemas en nominalizaciones. Los convierten en cosas. Cuando llegan a verlos, les dicen: Aquí está mi depresión.

Es como si les estuvieran enseñando una cosa: Aquí está mi fobia, aquí está mi problema de relación. Ahora bien, las cosas son muy difíciles de cambiar. Por esta razón, mi segundo pensamiento es convertir el problema en un proceso, porque los procesos pueden cambiar y las cosas no cambian. Esto es así incluso con los problemas médicos. Si piensan en el cáncer como una cosa, es difícil de cambiar, pero si piensan en él como un proceso es mucho más fácil de cambiarlo. Así que transformen el problema en un proceso. Si se preguntan cómo está el paciente haciendo el problema, encontrarán los pasos a través de los cuáles éste se construye.

Pensemos ahora en términos de las categorías diagnósticas. Tomemos el problema de la depresión. ¿Cómo se fabrica la depresión? Si eres interno, si tiendes a enfocar, si eres intrapunitivo, si estás uno abajo (one down) en forma metacomplementaria para estar uno arriba (one up), si amplificas lo negativo y tomas distancia ¿puedes fabricar una depresión? Es muy probable que sí. Esta es una estrategia sobre cómo producir depresión.

¿Cómo se construye la solución?

Así que si ustedes empiezan a juntar las categorías diagnósticas, tendrán la fórmula de cómo el paciente construye la depresión. Si ya saben cómo el paciente hace el problema, podemos pasar a la tercera pregunta: ¿cómo cualquier persona construye la solución?, ¿cómo cualquier persona hace No-X? Entonces pienso, ¿qué es lo opuesto a la depresión?

Lo opuesto a la depresión es estar contento y me pregunto, ¿cómo hago yo “estar contento”?, ¿cómo mis amigos logran “estar contentos”? ¿cómo este paciente hace “estar contento”? Veamos. Si eres externo, y amplificas lo positivo y te mueves hacia y eres normalmente punitivo y tiendes a ser uno arriba, puedes estar contento. Entonces, ya sé cómo orientar mi terapia y es muy probable que en las sesiones uno y dos, esté trabajando y haciendo tareas para ayudar al paciente a ser más externo. En la sesión tres, haciendo terapia para estar uno arriba, en las sesiones cuatro y cinco, aprendiendo a amplificar lo positivo, en la sesión seis, a moverse hacia más que a retirarse, y por ahí de la sesión siete, ya no se necesita más terapia.

Convertir el problema en un proceso

Pero no tengo que decirle al paciente qué hacer. Yo sólo divido la solución en una serie de pasos que se convierten en mis metas. Y así tengo siete sesiones para hacer esto e incluso puede ser que me tome diez sesiones, o una sola sesión. Trabajan con su paciente en transformar el problema en un proceso y dividir la solución.

Esta es una visión general de cómo usar estas categorías como recursos, señalamientos de carretera, motivadores, hablando el lenguaje experiencial del paciente, y ayudándolo a convertir el problema en un proceso más que en una cosa. Si usan estos dos principios: divide y vencerás, transforman el problema en un proceso, aplican el Principio de Farah Fawcet e inician el período de diagnóstico disminuyendo fuerza al problema.

(De “Terapia cortada a la medida. Un seminario ericksoniano con Jeffrey Zeig”. Teresa Robles. Instituto Milton Erickson de la Ciudad de Mexico. 1991)

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