El paciente designado es, en el enfoque sistémico de la Escuela de Milán, el miembro de la familia que presenta, o es presentado, como el principal portador del síntoma en la familia.
La sintomatología o identificación del comportamiento problemático en el paciente es habitualmente la causa primaria del contacto inicial por parte de la familia respecto a una estructura terapéutica.
El paciente identificado, sin embargo, no es necesariamente aquel miembro de la familia que un observador objetivo vería como la persona con los problemas más evidentes.
La interacción familiar
Desde un punto de vista sistémico, una patología individual es comprensible solo dentro del contexto de la interacción familiar. Los síntomas pueden tener una importante función en la obstaculización de los cambios en el contexto del ciclo de vida de la familia.
Por un lado, los síntomas sirven para mantener una forma patológica de homeostasis. Por el otro, ofrecen a la familia la oportunidad del cambio desde el momento en que la conducen a la terapia.
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