Terapia Ericksonianavolviendo a andar

Con los ojos de Milton Erickson

Aprendemos un montón de cosas a nivel consciente y luego olvidamos lo que hemos aprendido y usamos la habilidad adquirida. Yo gocé de una enorme ventaja sobre los demás: tuve poliomelitis, quedé totalmente paralítico, con una inflamación tan grande que incluso padecía de parálisis sensorial. Pero podía mover los ojos y mi audición no sufrió ningún trastorno. Me sentía muy solo, tendido en la cama sin poder mover otra cosa que los ojos. Estuve en cuarentena en nuestra granja, con siete hermanas y un hermano, mis padres y una enfermera.

¿De qué manera podía entretenerme? Empecé a observar a la gente y el entorno. Pronto aprendí que mis hermanas podían decir “no” cuando en realidad querían decir “sí” , y podían decir “sí” y al mismo tiempo querer decir “no”. Tal vez le ofrecían a otra hermanita una manzana, y después se la negaban. Y así comencé a estudiar el lenguaje no verbal y el lenguaje corporal.

Volviendo a andar

Tenía una hermanita que ya había aprendido a gatear; por mi parte, yo debía aprender a pararme y a caminar. Se imaginan con qué interés observé a mi hermanita mientras pasaba del gateo al aprendizaje de cómo pararse. Ninguno de ustedes sabe cómo aprendió a pararse. Ni siquiera saben cómo aprendieron a caminar. Tal vez piensen que son capaces de caminar en línea recta seis cuadras seguidas si no hay tránsito de peatones ni de vehículos. ¡No saben que no podrían caminar en línea recta manteniendo un ritmo uniforme!

Ustedes no saben qué es lo que hacen al caminar. No saben cómo aprendieron a pararse. Lo aprendieron extendiendo la mano y tirando desde ella. Esa presión sobre sus manos les hizo descubrir, por accidente, que podían asentar un peso sobre sus pies. Esto es algo tremendamente complicado, porque las rodillas ceden…y si ellas se mantienen derechas, la que cede es la cadera, y los pies quedan trabados. Uno no puede pararse porque tanto las rodillas como las caderas ceden.

Los pies se cruzan…y pronto uno aprende que debe armarse de coraje y esforzarse hacia arriba cuidando de mantener derechas las rodillas…una por vez. Cuando ya se ha aprendido  eso, se debe aprender cómo mantener derecha la cadera. Para eso hay que poner mucha atención. Luego uno comprueba que debe poner atención en mantener rodillas y caderas derechas ¡y al mismo tiempo los pies separados! Ahora sí, finalmente, uno puede mantenerse parado con los pies separados, apoyándose en las manos.

El equilibrio

Milton Erickson en 1919, volviendo a andarVino luego una lección en tres etapas. (…) Después de eso uno descubre cómo modificar el equilibrio del cuerpo. Se modifica el equilibrio del cuerpo si uno da vuelta la cabeza, da vuelta el cuerpo. Hay que aprender a coordinar todas las modificaciones del equilibrio del cuerpo cuando uno mueve una mano, la cabeza, un hombro, el cuerpo íntegro…y después hay que aprender esto mismo apoyando en la otra mano. Entonces viene lo terrible: el formidable aprendizaje de alzar ambas manos y moverlas en todas direcciones, dependiendo sólo de las sólidas bases de los pies, bien separados. (…)

Y por último, cuando ya se contaba con habilidad suficiente, uno intentaba mantenerse en equilibrio apoyado en un solo pie. ¡Era un trabajo infernal! (…)Y ahora uno podía mover los brazos hacia adelante y hacia atrás, volver la cabeza, mirar a uno y otro lado y seguir caminando sin prestar la más mínima atención a las rodillas derechas, las caderas derechas.

¿Cómo podría entretenerme?

Erickson nos está sugiriendo que una incapacidad puede dar a un individuo “una enorme ventaja sobre los demás”, y que el aprendizaje es una de las mejores formas de entretenimiento. Cuando queda completamente paralítico, se pregunta: ¿De qué manera  podría entretenerme? Y a continuación describe cómo desarrolló su poder de observación. Nos cuenta luego acerca del placer de todo nuevo aprendizaje -de cosas que son de ordinario inconscientes, ejemplificando con nuestras acciones y movimientos inconscientes al caminar por la calle. (…)

La torpeza al procurar pararse y entre cruzársele los pies, etc., es la torpeza que todos experimentamos cuando intentamos aprender algo nuevo. Al describir las verosímiles experiencias de un bebé que quiere aprender a ponerse de pie y caminar, estimula la regresión del oyente hasta el nivel de su primera infancia. De hecho, casi todos los que escuchen esta historia entrarán en un trance hipnótico y harán esa regresión. El relato pone énfasis en el aprendizaje de una destreza elemental, al principio de modo consciente, hasta que luego se vuelve inconsciente. Utilizado como inducción hipnótica, fomenta la regresión y la manifestación de automatismos. Es interesante notar que las enunciaciones de tipo negativo están en tiempo pasado, mientras que para formular una sugestión de tipo positivo usa el presente.

El proceso de aprendizaje

Al comienzo de cualquier programa terapéutico, este relato acerca de una “muy temprana disposición para el aprendizaje” es útil porque retrotrae al paciente a una época anterior a la aparición de sus problemas neuróticos, trastocando sus configuraciones psíquicas fijas -por lo menos temporariamente-. También le corrobora que si bien el aprendizaje puede ser dificultoso, a la larga aprenderá si persiste; después de todo, ahora sabe caminar sin esfuerzo.

Con este relato establece uno de los elementos básicos para la construcción de la terapia, al referirse a la forma en que las  personas aprenden. Nos pinta el proceso de aprendizaje como algo interesante y carente de peligros. También comienza a ilustrar algunos puntos sobre los cuales volverá una y otra vez en sus relatos: él observaba todo muy atentamente, aprendía mirando a los demás. (…) Erickson convierte su parálisis en un elemento útil: estaba solo, no podía confiar en nadie más que en sí mismo, y comenzó por observar.

Las personas poseen los recursos

Este era uno de los principios fundamentales de Erickson: que las personas poseen, en su propia historia natural, los recursos para superar el problema que las llevó a solicitar ayuda. En este relato, está recordándonos que contamos con recursos de los que ni siquiera nos hemos percatado.

Al emplear oraciones como ésta: Esa presión sobre sus manos les hizo descubrir, por accidente, que podían asentar un peso sobre sus pies, estaba transmitiendo su idea de utilizar en la terapia “accidentes programados”. Si se coloca al paciente en una determinada situación habrá de descubrir cosas…siempre y cuando se mantenga atento.

Esto es algo tremendamente complicado, porque las rodillas ceden…y si ellas se mantienen derechas, la que cede es la cadera: con frases como mantenerse derecha o pararse, Erickson está lanzando señales al inconsciente. Más tarde, cuando se introduzcan estas palabras o frases en la terapia, automáticamente será evocada la disposición y actitud favorable para el aprendizaje.

(De “Mi voz irá contigo” Los cuentos didácticos de Milton Erickson“. Sidney Rosen, compilador .Paidós Terapia Familiar)

2 comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *

Publicar comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.