Otros trastornosTerapia Ericksonianaenfermedad de raynaud

Una mujer de cincuenta años diagnosticada con la enfermedad de Raynaud entró en el despacho de Erickson en un estado de muchísimo dolor y privación de sueño. Le enseñó sus manos a Erickson y dijo:

Tengo los dedos llenos de llagas por falta de circulación en las manos. Ya me han tenido que amputar un dedo y ahora estoy en espera de que me hagan otra amputación.

Describió que su dolor era tan intenso que solo podía dormir durante una o dos horas cada vez. Erickson le respondió que él no sabía mucho sobre el tratamiento de la enfermedad de Raynaud. Le dijo que si hubiese algo que pudiera hacer al respecto, los propios conocimientos corporales de ella se harían cargo del asunto.

Le enseñó a entrar en trance, y le explicó que durante ese estado ella poseía una enorme cantidad de conocimiento corporal, esas habilidades viscerales que todos acumulamos durante toda una vida de experiencias. Luego le sugirió que durante el día su mente inconsciente se ocupara completamente en correlacionar todos sus conocimientos corporales para utilizarlos en su propio beneficio.

Antes de irse a la cama debía sentarse en una silla y desarrollar un estado de trance, y durante ese trance debía poner en funcionamiento todos sus conocimientos. Después de salir de ese trance debía llamar a Erickson.

Efectos de la autohipnosis y los propios conocimientos corporales para la enfermedad de Raynaud

La mujer siguió con el procedimiento recomendado por Erickson. Antes de la hora de dormir entró en trance. Llamó a Erickson a las diez y media de la noche y con voz temblorosa le dijo:

Mi marido está sosteniendo el teléfono porque yo estoy demasiado débil para sostener el auricular. ¡Estoy asustada! Apenas puedo sentarme en la silla. Hice exactamente lo que me dijo. Me senté en la silla y entré en trance y de repente empecé a tener frío. Cada vez tenía más y más frío, como cuando era una niña en Minnesota. Me quedé encogida de pies a cabeza durante unos veinte minutos. ¡Hasta mis dientes castañeteaban! Entonces, de repente desapareció el frío y empecé a entrar en calor. ¡Sentí que me abrasaba todo el cuerpo! Ahora he empezado a tener una profunda sensación de relajación y cansancio físico.

Erickson le respondió:

La felicito por enseñarme a tratar esta clase de problema. Ahora váyase a la cama y llámeme cuando se despierte.

Erickson recibió la siguiente llamada a las ocho de la mañana. Era la primera noche que dormía de forma continua durante más de diez años.

Milton Erickson explicó este éxito de esta manera:

No hice otra cosa que decirle que utilizara, a su manera, sus propios conocimientos corporales personales.

Varios meses después recibió una carta en la que ella le decía que se había mantenido ajena al dolor utilizando este método de dilatación de los vasos capilares en los brazos, las muñecas y las manos. Cada noche, antes de irse a la cama, alteraba la circulación de su sangre de modo que era capaz de obtener un alivio en sus manos y, por tanto, era capaz de dormir durante toda la noche. (Erickson, 1960a)

 

"La Hipnosis" de Milton Erickson

(Extraído de aquí)

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