Terapia EricksonianaTrastornos sexuales y de parejaatendiendo

Jay Haley: Hemos partido del problema de cuando quieres ver a dos personas a la vez en lugar de una por vez. ¿Hay algo por lo que debas ver a dos personas juntas?

Erickson: Normalmente veo a las parejas en aquella otra habitación. Invariablemente pregunto a los dos: “¿Quién de los dos quiere hablarme primero, o lo queréis hacer juntos?“. Después observo sus comportamientos: los movimientos que hacen con el rostro y la cabeza. Si veo que se miran el uno al otro como diciendo: “¿No quieres entrar conmigo?“, los invito a venir juntos a mi estudio.

Observo si el marido me lanza una ojeada terrible y apunta el dedo hacia su mujer, en un gesto elocuente que la señala como la única que debería entrar, yo la observo para ver si a su vez ella no está apuntando el dedo contra él. Si lo hace, los hago entrar juntos. Si en lugar de ello lo hace solo el marido, y la mujer da la impresión como de permanecer a la espera, la hago entrar primero a ella.

Las riendas

A veces la iniciativa la toma el marido, diciendo por ejemplo: “Antes de que hable con mi mujer, me gustaría que me hiciese entrar a mi“. Otras veces es la mujer quien dice: “Antes de que vea a mi marido, me gustaría tener una conversación con usted”. Pero no siempre me atengo a sus deseos; puedo decir: “Está bien, pero para comprender mejor cómo están las cosas debo verles juntos durante unos 5 o 6 minutos, después veré separadamente a uno de los dos“. Lo hago porque, si discuten demasiado sobre quién debe entrar antes, o si tratan de controlar la situación, entonces cojo las riendas yo. Digo 5 o 6 minutos, a veces 3 o 4.

H: ¿Y respetas realmente estos límites de tiempo?

E: Sí. Puedo prolongar el coloquio durante unos 15 o 20 minutos, pero casi siempre no supero los 3 o 4. Es lo mejor. Después los hago salir de nuevo, y les hago repetir la elección tras los 3 o 4 minutos. Veréis, puedo decir 3 o 4 minutos o bien: “Veré a uno de los dos durante un par de minutos“, se pone siempre un límite preciso. Y se estabiliza el procedimiento a seguir.

Milton Erickson practicando hipnosis con un paciente

H: ¿Pero no piensas que hay problemas de un cierto tipo cuya solución comporta la presencia conjunta de marido y mujer?

E: Cuando hay dos fuertes reacciones paranoicas, la una contra la otra, puedes comenzar el coloquio con ambos cónyuges, después defines rápido tu papel.

H: ¿Cómo lo haces?

Él cree lo que dice…

E: Simplísimo. Dejo que el marido diga durante una hora una pila de estupideces paranoicas, muy sutilmente. Después me dirijo a la mujer y digo: “Él lo cree verdaderamente, lo dice con toda sinceridad, ¿no es cierto?“. Escuchando esto ella piensa: “Él está de mi parte“. Y el marido piensa: “Él está de su parte“. Entonces me dirijo a él diciéndole: “Ahora, por cortesía, escuchamos las observaciones de su mujer“. Ella hará entonces un sutil relato paranoide porque se ha puesto a la defensiva. Entonces me dirijo de nuevo al marido y le digo exactamente lo mismo que a ella. (Risas). La mujer piensa enseguida: “Está de mi parte pero también de la de mi marido“.

También el marido tiene la misma reacción. Les dejo bastante tiempo y después les digo: “Habéis venido a mi para que os ayude. Queréis que yo examine del modo más comprensivo los dos lados del problema, de modo que extraiga la verdadera verdad. Estoy seguro  de que ninguno de vosotros dos tiene miedo de la verdad“. Establezco cuál es la verdad en base a la idea que tengo yo. Los pongo de mi parte o los induzco a pensar que estoy de la de ellos. Después se dan cuenta de que estoy de parte de la verdad con su sincera colaboración.

Coalición

H: En general tienes la impresión de que trabajando con ellos deberías conseguir una coalición con ambos o tomar partido por los dos.

E: Habitualmente sí. Pero de vez en cuando tomo una actitud totalmente diferente. Cuando uno de los dos comienza a quejarse, y me doy cuenta de que empieza a ser completamente irracional, me dirijo al otro y declaro: “Él cree de verdad todo esto; está realmente convencido. Pero usted sabe que buena parte de lo que ha dicho -incluso quizás todo- es solo fuego. Quiere tener la plena consciencia de lo muy fundado que están sus argumentos. Quiere rechazar todo aquello que simplemente esté privado de fundamento, así como quiere rechazar lo que no se merece“.

De esta manera he justificado a quien desvaría y he pedido al otro que sea objetivo, pero he dicho también a quién desvaría que rechazaré lo que no sea objetivo, y que él debe estar plenamente de acuerdo conmigo. Haciendo así, es como si asumiese deliberadamente la dirección y el control de la situación. En la práctica lo que hago es dar al otro la posibilidad de reordenar sus pensamientos y sus opiniones. Les hago simplemente observar: “Mire que usted no se da cuenta de que además de su camino hay muchos otros que tomar“. Les hago tomar conciencia del hecho de que existen también otros modos de ver las cosas. Creo que el mejor modo de demostrarlo es con las perplejidades a las que está sujeto nuestro raciocinio.

cambiare-le-coppie

(Extraído de aquí)

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