La lógica de la creencia se aplica con éxito al que sufre de eyaculación precoz, en una intervención que normalmente permite resolver el problema en una sola sesión. Se trata del doble vínculo terapéutico, una demostración más de que doble vínculo no significa necesariamente paradoja.
Cuando la persona nos presenta un problema de esta índole, normalmente su solución fundamental es buscar el retraso de la eyaculación. Pero cuanto más intenta retrasarla, más llega de forma precoz; el problema se agrava y la persona se convence cada vez más de su incapacidad sexual.
La creencia que se comienza a estructurar después de las repetidas tentativas fracasadas en retardar lo más posible el orgasmo es: Soy sexualmente incapaz.
Prescripción para la eyaculación precoz
Tras haber comprobado, obviamente, que se tiene una pareja a disposición, en estos casos sugiero desde la primera sesión como experimento diagnóstico, no como intervención terapéutica, que hagan esta prueba:
Desde hoy hasta que vuelva a verle ha de tener más relaciones sexuales, y cada vez ha de terminar la primera relación de la manera más rápida posible. Una vez haya concluido esta primera relación con la frustración de la eyaculación precoz, espere una media hora en la que le invito a estar acariciando a su compañera. Sabe, los hombres creemos que lo más importante es el acto sexual, mientras que para las mujeres es mucho más importante lo que viene después, las caricias.
Después de la media hora de caricias, manteniendo el deseo encendido, debe tener una segunda relación sexual. Veamos si es como la primera o no.
Sin embargo, ponga atención, lo más importante es que evite retenerse en la primera relación porque la segunda es más importante. También porque una mujer, tras una primera relación rápida y media hora de caricias, encontrará mucho más placer en la segunda, de modo que usted tendrá que concentrarse en la segunda relación, no en la primera.
Respuestas a la prescripción para la eyaculación precoz
Habitualmente la persona vuelve con dos tipos posibles de respuestas: o no ha tenido nunca la segunda relación porque la primera ha funcionado tan bien que no ha necesitado la segunda, o bien dice: Sabe, ha ocurrido algo extraño: la primera relación ha sido rápida pero no como de costumbre, la segunda espectacular.
A medida que avanza, va mejorando cada vez tanto la primera como la segunda relación, de modo que de la creencia Soy sexualmente incapaz estructurada a través de una serie de tentativas fracasadas en retardar al máximo la eyaculación, se pasa a la creencia Soy sexualmente capaz construida a través de una serie de éxitos y, sobre todo, bloqueando la solución intentada que, al reiterarse en el tiempo, ha creado el problema.
Como diría Goethe: “Todo es más sencillo de lo que se puede pensar y al mismo tiempo más complicado de lo que pueda entenderse”.
(De “Surcar el mar sin que el cielo lo sepa. Lecciones sobre el cambio terapéutico y las lógicas no ordinarias”. Giorgio Nardone y Elisa Balbi. Herder)