El TOC
La trampa mental representada por el trastorno obsesivo compulsivo no es solo una de las más engañosas entre las diferentes formas de trastorno psíquico y conductual, sino también una de las más resistentes al cambio terapéutico. Ya sea farmacológico o psicoterapeutico. Esto resulta evidente a la luz de la estructura lógica no ordinaria y a veces bizarra de la patología: si se la trata de afrontar con procesos racionales y planificaciones basadas sobre la razón ordinaria, como sucede en los modelos psicoterapéuticos tradicionales, se choca de frente con la lógica no racional del trastorno.
En lo que respecta a los tratamientos farmacológicos, no existe un verdadero y real tratamiento específico para el trastorno obsesivo-compulsivo. Que en la mayor parte de los casos se viene tratando con un mix de antidepresivos, ansiolíticos, antipsicóticos y neurolépticos.
Cuando el trastorno desde su fase evolutiva de formación se estructura y cristaliza como patología, asume la forma de una verdadera homeóstasis. Y por esto tiende a resistirse al cambio, como sucede con toda homeóstasis de los sistemas vivientes, aunque sean disfuncionales. Esto supone que el equilibrio asumido de un organismo se alimenta de sus interacciones consigo mismo, los otros organismos vivientes y el mundo que lo rodea. Aunque pueda parecer contradictorio, también un trastorno disfuncional puede estructurarse como un equilibrio que tiende a mantenerse.
Soluciones intentadas
En una primera valoración podemos observar que existen tres tipos de ritualidades compulsivas: preventivas, propiciatorias y reparatorias.
Esta simple clasificación nos permite orientarnos en lo referente a los modos en los cuáles el trastorno se alimenta. Son justamente los comportamientos o los pensamientos que el sujeto pone en práctica para prevenir, propiciar o reparar los que nutren el trastorno mismo. Las tres formas diferentes de equilibrio disfuncional se sostienen por lógicas diferentes que requieren tipologías terapéuticas distintas adaptadas a tales dinámicas.
Primera solución intentada: tendencia a evitar todo lo que asusta
En modo similar a quien sufre de un trastorno fóbico, los sujetos con TOC tienden a evitar todo lo que les asusta. Y como en el caso del trastorno de pánico, la estrategia del evitamiento alivia momentáneamente el miedo. Pero al mismo tiempo confirma la peligrosidad de la situación evitada. En su repetición, este guión incrementa el trastorno hasta convertirlo en una fobia. Esta sería la primera solución intentada típica de este trastorno, que alimenta el problema.
Segunda solución intentada: petición de seguridad y ayuda
La segunda sería la petición de seguridad y ayuda por parte de las personas más allegadas. Pero como antes, si en un principio esta solución hace sentirse al sujeto protegido, sucesivamente le confirma en su incapacidad de gestionar de manera autónoma la situación. Y por tanto tiende a empeorar el problema más que a aliviarlo. No siempre aparece esta modalidad de solución intentada, una parte de los pacientes no se fía de los demás y prefiere tenerlos lejos de la situación.
Tercera solución intentada del TOC: secuencia ritual de acciones
La tercera y más característica solución intentada es la puesta a punto de una secuencia ritual de acciones con el fin de combatir el miedo. Es decir, los sujetos compulsivos repiten sistemáticamente acciones que suponen funcionales para conseguir sus fines. Además de los clásicos lavados de manos, desinfecciones, controles, repetición de fórmulas mentales, contar, ordenar las cosas, podemos encontrar ritualidades realmente inusuales. Incluso secuencias complicadísimas de rituales que se siguen rigurosamente, o en caso contrario el sujeto siente la obligación de recomenzar desde el principio.
Es importante resaltar que en la mayor parte de los casos, cuando el trastorno se ha estructurado en secuencias rituales, la fobia originaria que lo ha iniciado pasa a un segundo plano. Y son las soluciones intentadas expuestas las que se convierten en el problema. Cuando se consigue desbloquear la secuencia de rituales y todas las soluciones intentadas disfuncionales, el trastorno colapsa sobre si mismo y la fobia originaria a menudo desaparece “mágicamente”.
Solución intentada que mantiene y alimenta el problema del TOC (trastorno obsesivo compulsivo)
Esta patología representa el ejemplo paradigmático del enfoque teórico aplicativo estratégico: para este método terapéutico, el constructo de “solución intentada” que mantiene y alimenta el problema representa la palanca con la que hacer fuerza para introducir el cambio. La intervención terapéutica, por tanto, consiste casi siempre en la rotura de los equilibrios disfuncionales representados por las formas que alimentan el trastorno.
La Terapia Breve Estratégica ha conseguido construir una estrategia compuesta de maniobras terapéuticas capaces de resolver el mismo tipo de problema sobre un elevado número de personas. Este protocolo terapéutico, subdividido en las diferentes variantes adaptadas a las diferentes tipologías de TOC, ha sido aplicado a decenas de millares de casos, tratados en Italia y en todo el mundo. Todo esto ha permitido perfeccionar las técnicas de intervención hasta una precisión quirúrgica y añadir más al conocimiento riguroso del funcionamiento de la patología obsesiva compulsiva en todas sus diferentes manifestaciones.
(Texto de referencia: “Ossessioni, compulsioni, manie. Capirle e sconfiggerle in tempi brevi”. Giorgio Nardone. Ponte alle Grazie)
Yo siento eso pero esto se me provoque por ciertos conocimientos que quiero olvidar y tratan sobre dios yo era una persona muy apegada al planeta tierra y su amor pero me apege a querer saber de la vida y supe ciertas cosas que yo creo siente la gente en cierta frecuencia mental y se da lo que viene siendo la ignorancia por no pensar igual a ellos como te diria pero tambien respeto un zombi podrias checar mi caso. Por favor amiga soy de México,guadalajara lo que yo quiero es olvidar a dios y creer en lo que cree la demas gente evolucion, tecnologia ser buena onda