"La anorexia juvenil"Terapia Breve EstratégicaTrastornos de alimentaciónexercising

Esta variante del trastorno alimentario juvenil se distingue por el hecho de estar, desde el punto de vista de los comportamientos patológicos, caracterizada por la compulsión al movimiento para quemar calorías, unida a la restricción alimentaria. Esta solución intentada para evitar el riesgo de aumentar de peso comiendo o para continuar perdiendo con el mismo régimen alimenticio, puede llegar a ser tan invasiva que se ponga por delante respecto a la restricción en la comida.

Resistencia al cambio en la anorexia juvenil con exercising

De hecho, muchas veces las anoréxicas de este tipo aceptan sin excesiva resistencia el incremento de la comida. Pero no la reducción de la actividad motora. A menudo no están nunca quietas y aprovechan cada ocasión para moverse y quemar calorías:

  • suben y bajan escaleras,
  • vagan caminando durante horas sin descanso,
  • repiten muchísimas veces ejercicios fatigosos, en particular los que reducen la barriga.

La actividad física prevalente es de tipo aeróbico y a veces se trata de una práctica que requiere un duro entrenamiento, como los deportes de resistencia o la danza. El cuadro es el de una obsesión compulsiva invalidante. Cuando llega al extremo no permite parar nunca de luchar constantemente contra el miedo a engordar consumiendo calorías con el movimiento. Son frecuentes las lesiones por exceso, como

  • tendinitis
  • gonalgias
  • lesiones en el talón.

Lesiones musculares que ni siquiera frenan a la anoréxica.

El caso misterioso de la chica que no aumentaba de peso

A este respecto recordamos un caso ejemplar por el cual me pide supervisión un colega que trabaja en un hospital californiano especializado en el tratamiento de la anorexia. Se trataba de una chica internada porque había llegado al peligroso peso de 33k. Aunque había aceptado alimentarse con 2000 Kcal al día, misteriosamente no aumentaba de peso.

Al colega se le preguntó si la chica desarrollaba actividad motora o si ponía en práctica alguna otra modalidad de compensación como laxantes o el vómito. Él contestó que estaba siendo controlada durante todo el día y que nada de eso hacía. Entonces se le preguntó si también controlaba lo que hacía de noche. Así de desveló el secreto: la joven cada noche andaba arriba y abajo por las escaleras contra incendios del hospital.

Como se evidencia en este ejemplo, estos casos muestran una extrema resistencia para dejar de hacer lo que para ellas es de fundamental importancia para mantener la forma física y les resulta tranquilizador. Si bien la mayoría de los clínicos y de los modelos de tratamiento de los trastornos alimentarios consideran la hiperactividad un síntoma relevante pero específico, y solo una manifestación del deseo de adelgazar o no engordar, en acuerdo con algunos autores (Dalla Grave, 2015) consideramos que es sin embargo un factor específico determinante en el mantenimiento y en el agravamiento del problema alimentario. Y que por tanto requiere una terapia en parte diferente a la de la de la anorexia juvenil pura.

Estudios

Algunos estudios controlados del mundo animal han demostrado que el exceso de actividad física puede hacer que se deje de comer incluso cuando el alimento es abundante. Se verifica un círculo vicioso por el cual cuanto más crecen los niveles de movimiento más disminuye el impulso de comer. Y esto a su vez lleva, incluso por vía de mecanismos biológicos, a aumentar el nivel de movimiento.

Por tanto, se hace evidente que en la anorexia juvenil con exercising la simple recuperación de una adecuada alimentación no representa la curación sino solo un mejoramiento de la condición patológica.

(Extraído y traducido de aquí)

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